Más de 30 tortugas marinas han sido encontradas gravemente heridas con puñaladas en el cuello en una remota isla de Japón.
Los lugareños descubrieron a los reptiles el pasado jueves tras una marea baja en la playa de la isla de Kumejima, a unos 100 km al oeste de la isla principal de Okinawa.
Consideradas en peligro de extinción y incluidas en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), algunas de las tortugas marinas apenas podían moverse y estaban sangrando, mientras que otras habían muerto. Parecían tener heridas de arma blanca en el cuello por la cuchilla, informó el diario nacional de Japón The Mainichi.
La policía ha iniciado un caso de crueldad animal.
Un pescador de la prefectura de Okinawa admitió haber apuñalado a tortugas marinas para sacarlas de las redes de pesca, informó el medio, citando fuentes.
“Muchas de ellas estaban enredadas en las redes de pesca. Desenredé algunas de ellas y las liberé en el mar, pero no pude liberar a las más pesadas, así que las apuñalé para deshacerme de ellas”, dijo el operador de la pesquería.
El personal del Museo de la Tortuga Marina de Kumejima llegó a la playa, famosa por sus tortugas marinas. Cubierta de hierbas marinas, es el hábitat natural de las tortugas marinas, dijo a la CNN Yoshi Tsukakoshi, portavoz del museo de la tortuga marina de Kumejima.
Dijo al medio que las redes fueron colocadas por los pescadores para capturar peces, pero algunos de ellos piensan que “las tortugas se comen toda la hierba marina antes de que crezca y eso impide que los peces desoven en la zona”.
“Como comunidad de tortugas marinas que ha estado transmitiendo la conservación del medio ambiente marino y la importancia de los seres vivos a través de actividades de conservación de las tortugas marinas desde el día a día, la situación de esta vez es extremadamente dolorosa y decepcionante”, dijo el museo de tortugas marinas de Kumejima en su página de Facebook. “Lamentamos mucho haberles causado este problema”.
“Muchas de las tortugas parecían muertas. Nunca había visto algo así”, dijo uno de los empleados del museo, citado por el Asahi Shimbun. “Es extremadamente difícil procesar esto”.
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