El congresista Adam Schiff respondió con sorna el domingo a la afirmación de Donald Trump de que el presidente de Estados Unidos puede desclasificar materiales de alto secreto “sólo con pensarlo”, sin pasar por un proceso de revisión formal.
Cuando el presentador Jake Tapper le pidió que respondiera a los comentarios que el ex presidente hizo a Sean Hannity de la Fox la semana pasada, Schiff bromeó diciendo que los comentarios de Trump “no demuestran mucha inteligencia de ningún tipo”.
Añadió que si realmente representaban las creencias del ex presidente, lo hacían “más peligroso” de lo que creían los demócratas y sus otros críticos.
“Con ese punto de vista podría simplemente soltar cualquier cosa que leyera en un informe diario presidencial… a una delegación rusa visitante o a cualquier delegación, y simplemente decir: ‘Bueno, lo pensé, y por lo tanto cuando las palabras salieron de mi boca fueron desclasificadas'”, advirtió Schiff, mientras aparecía en el programa de CNN Estado de la Unión.
Dejando a un lado la quema del congresista, existen algunos desacuerdos sobre el poder que tiene un presidente para desclasificar información, ya que algunos expertos insisten en que es necesario un proceso formal mientras que los defensores de un mayor poder ejecutivo opinan lo contrario. Sin embargo, cabe destacar que los abogados de Donald Trump no han repetido la afirmación de que los documentos fueron desclasificados en ninguna presentación judicial hasta ahora.
El expresidente sigue en el centro de una investigación sobre la retención supuestamente ilegal de documentos presidenciales, incluyendo material clasificado, en Mar-a-Lago, su complejo turístico y residencia en Palm Beach, Florida.
Ha seguido dando vueltas a numerosas defensas de sus acciones, así como a extrañas teorías sobre la propia investigación; en la misma entrevista con el señor Hannity la semana pasada, el señor Trump pareció sugerir seriamente que el FBI estaba buscando más correos electrónicos de Hillary Clinton en su casa.
Por separado, el ex presidente y sus ayudantes siguen envueltos en dos investigaciones criminales relacionadas con sus esfuerzos por anular las elecciones de 2020 y los eventos del 6 de enero, en Georgia y Washington DC.
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