Los alegatos finales en el caso de Brittney Griner por posesión de cannabis en Rusia están fijados para el jueves, casi seis meses después de que la estrella del baloncesto estadounidense fuera detenida en un aeropuerto de Moscú en un caso que ha llegado a las más altas esferas de la diplomacia entre Estados Unidos y Rusia.
Griner se enfrenta a hasta 10 años de prisión si es condenada. Aunque la condena parece casi segura, dado que los tribunales rusos rara vez absuelven a los acusados y Griner ha reconocido que había botes de vapeo con aceite de cannabis en su equipaje, los jueces tienen un margen considerable para dictar sentencia.
Los abogados de la pívot de los Phoenix Mercury y dos veces medallista de oro olímpica han seguido estrategias para reforzar el argumento de Griner de que no tenía intención de delinquir y que los botes acabaron en su equipaje debido a un embalaje apresurado. Han presentado testigos de carácter del equipo ruso para el que juega en la temporada baja de la WNBA y el testimonio escrito de un médico que dijo que le recetó cannabis para el tratamiento del dolor.
No está claro cuándo se anunciará el veredicto. Si no queda libre, la atención se centrará en la posibilidad de un intercambio de prisioneros.
Antes de que comenzara su juicio en julio, el Departamento de Estado la designó como “detenida injustamente”, poniendo su caso bajo la supervisión de su enviado presidencial especial para asuntos de rehenes, que es en realidad el principal negociador de rehenes del gobierno.
Luego, la semana pasada, en un movimiento extraordinario, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló con su homólogo ruso, Sergey Lavrov, instándole a aceptar un acuerdo según el cual Griner y Paul Whelan, un estadounidense encarcelado en Rusia por una condena de espionaje, quedarían libres.
La llamada entre Lavrov y Blinken marcó el contacto de más alto nivel conocido entre Washington y Moscú desde que Rusia envió tropas a Ucrania hace más de cinco meses. El acercamiento directo sobre Griner choca con los esfuerzos de Estados Unidos por aislar al Kremlin.
Personas familiarizadas con la propuesta dicen que contempla el intercambio de Griner y Whelan por el notorio comerciante de armas Viktor Bout. Subraya la presión pública a la que se ha enfrentado la Casa Blanca para conseguir la liberación de Griner.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo a los periodistas el lunes que Rusia ha dado una respuesta de “mala fe” a la oferta del gobierno de Estados Unidos, una contraoferta que los funcionarios estadounidenses no consideran seria. No quiso dar más detalles.
Los funcionarios rusos se han burlado de las declaraciones de Estados Unidos sobre el caso, diciendo que muestran una falta de respeto por la ley rusa. Mantuvieron la cara de póquer, instando a Washington a discutir el asunto a través de una “diplomacia tranquila sin divulgar información especulativa.”
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