Mientras que algunos republicanos aplaudieron públicamente la compra de Twitter por parte de Elon Musk, por valor de 44.000 millones de dólares, como una gran victoria para la libertad de expresión, hubo algunos que lo vieron con inquietud, según los informes.
Para una serie de altos cargos del Partido Republicano dijo Politico Playbook de su grave preocupación por que el nuevo Twitter dirigido por Musk se convierta en un refugio para acoger de nuevo a cuentas previamente prohibidas, concretamente a Donald Trump.
“Si soy demócrata, rezaría para que Elon Musk devolviera a Trump a Twitter”, dijo a Politico un asesor anónimo del liderazgo republicano en la Cámara de Representantes, que pidió no ser identificado para poder hablar con libertad.
“No creo que le cueste a los republicanos la Cámara, pero ciertamente elevará las opiniones de Trump – y va a poner a los candidatos y miembros republicanos de vuelta teniendo que responder por eso”.
El Sr. Musk, un declarado defensor de la libertad de expresión, ha indicado en declaraciones públicas desde que se anunció el acuerdo con Twitter que le gustaría devolver a la plataforma de medios sociales su antigua gloria, menos moderada.
“La libertad de expresión es la base de una democracia que funciona, y Twitter es la plaza digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, dijo Musk en el comunicado de la empresa.
“También quiero hacer que Twitter sea mejor que nunca, mejorando el producto con nuevas funciones, haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, derrotando a los bots de spam y autentificando a todos los humanos. Twitter tiene un enorme potencial: estoy deseando trabajar con la empresa y la comunidad de usuarios para desbloquearlo.”
Mientras que el acuerdo entre la aplicación con sede en San Francisco y el Sr. Musk se ha ido filtrando a la opinión pública en las últimas semanas, los aliados del ex presidente de EE.UU., que fue expulsado de la plataforma a raíz de los disturbios del 6 de enero en el Capitolio, han abogado por la restitución de su cuenta.
A principios de abril, después de que se anunciara que el titán de Tesla se había convertido en el mayor accionista de la compañía de medios sociales, los conservadores se apresuraron a subirse al carro de que el campeón de la libertad de expresión pronto restauraría las cuentas cerradas anteriormente, concretamente la del Sr. Trump.
“Ahora que @ElonMusk es el mayor accionista de Twitter, es hora de levantar la censura política”, tuiteó la representante republicana de Colorado Lauren Boebert. “Oh… ¡y que vuelva Trump!”.
Ese sentimiento, sin embargo, no parece ser compartido por todos en el GOP, incluso por el propio señor Trump.
En declaraciones a Fox News el lunes, el ex presidente de EE.UU. dijo a la cadena que no tiene intención de volver al Twitter de Musk, enfatizando que planea seguir “TRUTHing” en su propia plataforma de medios sociales, Truth Social, la próxima semana.
“No voy a entrar en Twitter, voy a seguir en TRUTH”, dijo el señor Trump a Fox News. “Espero que Elon compre Twitter porque le hará mejoras y es un buen hombre, pero me voy a quedar en TRUTH”.
A pesar de su muy entusiasta negativa a considerar su reincorporación a la app, si se le extendiera una oferta, personas del Partido Republicano dijeron a Político que dudan de la sinceridad en el compromiso del ex presidente, señalando que sería difícil que se resistiera al atractivo de ver a sus 88 millones de seguidores gustar, retwittear y comentar sus reflexiones diarias.
“El atractivo de Twitter (…) puede resultar tan irresistible para Trump como el potencial regreso de una migraña para los republicanos, que no han echado de menos los tuits y el aluvión de preguntas de la indignación du jour generada por Trump”, dijo Doug Heye, un estratega político del GOP, a Politico.
Otro republicano que trabaja en las campañas del GOP dijo al medio que si bien el ex presidente “podría hacer mucho bien” con su plataforma, que describió como “el mayor micrófono del mundo en Twitter”, también hay mucho espacio para hacer el mal.
“Podría hacer mucho bien con ella -o mal-. Hará más difícil la vida de todos los políticos del Partido Republicano”, dijo el activista del Partido Republicano. Politico.
Otras cuentas de ultraderecha que vieron cómo sus estados verificados con cheques azules eran prohibidos en la plataforma de medios sociales debido a su actividad en la plataforma difundiendo desinformación y promoviendo conspiraciones también han visto la compra del señor Musk como una oportunidad para que sus nombres sean rectificados.
Marjorie Taylor Greene, que vio cómo su cuenta personal era baneada a raíz de las reiteradas violaciones de las políticas de Twitter contra el reenvío de falsedades políticas, escribió el lunes que estaba deseando que su cuenta fuera restaurada.
“Prepárense para el colapso a gran escala de la marca azul después de que @elonmusk selle el acuerdo y debaconseguir que se restablezca mi cuenta personal de Twitter”, escribió.
El Sr. Musk, que ha dicho que pagará 54,20 dólares en efectivo por acción por la aplicación de medios sociales, no ha proporcionado ninguna garantía directa desde que se anunció el acuerdo el lunes de que las cuentas prohibidas, como la del ex presidente y la de la Sra. Greene, serían devueltas.
Pero en las semanas previas a su compra inicial de acciones de la compañía a principios de abril, había criticado públicamente a la empresa por no adherirse a los principios de la libertad de expresión.
“Dado que Twitter sirve como plaza pública de facto, no adherirse a los principios de la libertad de expresión socava fundamentalmente la democracia”, escribió Musk el mes pasado, apenas unos días antes de hacer su movimiento por la compañía anunciando su participación del 9 por ciento.
Desde entonces, la empresa ha confirmado que Musk, la persona más rica del planeta con un valor estimado de 259.000 millones de dólares, había conseguido 25.500 millones de dólares en financiación de deuda y préstamos, y aportaba 21.000 millones de dólares de compromiso de capital para la compra.
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