En medio de un creciente número de muertos, búsquedas frenéticas de los desaparecidos y la desalentadora limpieza de casas y negocios empapados de barro, las autoridades de Kentucky se prepararon para la posibilidad de más tormentas e inundaciones repentinas el domingo.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, dijo en el programa “Meet The Press” de la NBC que el número de víctimas mortales había aumentado en uno, hasta los 26, a causa de las tormentas de la semana pasada. Decenas más estaban en paradero desconocido, según un informe diario de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias.
Beshear dijo que la policía estatal estaba recibiendo llamadas de personas preocupadas que no pueden localizar a sus seres queridos debido al servicio de telefonía celular irregular.
Muchos se quedaron sin hogar y sin posesiones. “Tengo la ropa que llevo puesta”, dijo Teresa Perry Reynolds el sábado después de que la casa que compartía con su marido se inundara de agua y barro.
Entre las zonas más afectadas se encuentra la ciudad de Hindman, a unos 322 kilómetros al sureste de Louisville. Mientras los equipos amontonaban los escombros empapados en las aceras cubiertas de barro, se podía ver un coche arrastrado por la inundación en el cercano Troublesome Creek, que había vuelto a su cauce después de inundar la ciudad.
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