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El alto el fuego entre Armenia y Azerbaiyán se respetó durante apenas 15 minutos el martes por la mañana antes de que se reanudara la hostilidad de décadas entre ambos países, con nuevas escaramuzas que provocaron la muerte de al menos 49 soldados.
El coste de la reanudación del conflicto fue probablemente mayor, ya que sólo Armenia informó del número de muertos de su lado tras los enfrentamientos con Azerbaiyán por el territorio en disputa de Nagorno-Karabaj.
Azerbaiyán reconoció que también hubo víctimas en su bando, pero no dio más detalles.
Armenia acusó a Azerbaiyán de bombardear ciudades cercanas a la frontera, como Jermuk, Goris y Kapan, lo que llevó al país a responder a las “provocaciones a gran escala”. Azerbaiyán afirmó que fue atacado por Armenia.
La reanudación del conflicto hizo que los poderosos aliados Rusia y Estados Unidos pidieran a los países del Cáucaso que cesaran las hostilidades y respetaran el acuerdo de alto el fuego que debía estar en vigor desde las 9 de la mañana.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso afirmó en un comunicado el martes por la mañana que había mediado en el alto el fuego que, según los medios de comunicación azerbaiyanos, sólo duró 15 minutos. Rusia había enviado miles de fuerzas de paz a la región como parte de un acuerdo para poner fin a las hostilidades.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, acusó a Bakú de bombardear las ciudades fronterizas porque no quería negociar el estatus de Nagorno-Karabaj, un enclave en disputa dentro de Azerbaiyán con una población de mayoría armenia.
“Continúan los intensos tiroteos, iniciados como resultado de una provocación a gran escala por parte de Azerbaiyán. Las fuerzas armadas de Armenia han lanzado una respuesta proporcionada”, dijo el Ministerio de Defensa armenio.
Más tarde, el Sr. Pashinyan, en un discurso ante el parlamento, dijo que la intensidad de la hostilidad se había reducido, pero que seguían existiendo frentes activos en algunas zonas.
Azerbaiyán, que restableció el control total sobre el territorio en disputa en 2020 en un conflicto de seis semanas de duración en el que murieron miles de personas, afirmó haber sufrido un “intenso bombardeo”.
“Varias posiciones, refugios y puntos reforzados de las fuerzas armadas de Azerbaiyán (…) fueron objeto de intensos bombardeos con armas de diversos calibres, incluidos morteros, por parte de unidades del ejército armenio”, citaron las agencias de noticias rusas al ministro de Defensa de Azerbaiyán.
“Como resultado, hay pérdidas de personal y daños en la infraestructura militar”.
Tras los enfrentamientos, el primer ministro armenio llamó por teléfono al presidente ruso, Vladímir Putin, al presidente francés, Emmanuel Macron, y al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para hablar de la situación.
“Como hemos dejado claro desde hace tiempo, no puede haber una solución militar al conflicto”, dijo Blinken.
El presidente francés dijo que París plantearía el tema de los enfrentamientos entre ambos países en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro de Defensa armenio, Suren Papikyan, habló con su homólogo ruso, Sergei Shoigu, y supuestamente acordó tomar medidas para estabilizar la situación en la frontera.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Jeyhun Bayramov, mantuvo una conversación con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, quien pidió a Armenia que “cese sus provocaciones”.
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