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Los mercados aplauden la llegada de Sergio Massa como tercer ministro de Economía de Argentina en menos de un mes, pero los analistas advierten que se necesitan más detalles sobre sus planes para sacar al país sudamericano de su grave situación económica.
La moneda local, el peso, se fortaleció fuertemente en el mercado financiero el viernes, mientras que los bonos del Estado registraron ganancias un día después de que el gobierno del presidente Alberto Fernández diera a conocer el nombramiento de Massa como un “superministro” económico que combina los actuales ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura.
Los aumentos registrados el viernes continuaron una tendencia que comenzó a principios de esta semana en medio de los rumores de que Massa, el jefe de la cámara baja del Congreso, la Cámara de Diputados, se incorporaría a la administración.
“La reacción del mercado refleja el alivio de que alguien con habilidades políticas y un fuerte apoyo en el partido haya asumido este papel clave”, dijo Benjamin Gedan, director interino del programa de América Latina en el Wilson Center, con sede en Washington. “Es alguien que no puede ser descartado fácilmente, y la idea es que habrá cierta consistencia en la política”.
El nombramiento de Massa se produjo poco más de tres semanas después de que se nombrara a la izquierdista Silvina Batakis para sustituir al más moderado Martín Guzmán, que renunció abruptamente en medio de quejas por no contar con el apoyo total de la coalición de gobierno que se ha dividido entre las facciones leales al presidente, por un lado, y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, una ex presidenta que sigue manteniendo una fuerte base de apoyo.
El nombramiento de Batakis fue seguido de una fuerte depreciación del peso en medio de estrictos controles de capital, lo que refleja la incertidumbre sobre si tiene la autoridad necesaria para imponer los tipos de reformas que se necesitan para dar un giro a una economía que sufre una de las tasas de inflación más altas del mundo, que supera el 60% anual.
“Argentina necesita urgentemente restablecer la confianza en la economía y el carrusel de ministros de Economía tiene el efecto contrario”, dijo Gedan.
Fernández reconoció tácitamente el viernes que se necesita una figura fuerte para liderar el programa económico del Gobierno.
“Lo que hemos vivido como país y sociedad en los últimos meses, y en particular las últimas semanas, nos obliga a tener una mejor coordinación”, escribió Fernández en Twitter.
Massa, un ex alcalde que desde hace tiempo tiene ambiciones presidenciales y goza de buenas relaciones con la élite empresarial del país, tiene su propia base política de apoyo por lo que es visto como alguien que presumiblemente debería ser capaz de imponer su propia agenda.
“No es pro-mercado, es pro-capitalismo”, dijo Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando J. Ferreres & Associates, en Buenos Aires. “No es un izquierdista”.
Massa dijo el viernes a los periodistas que el lunes nombraría a su equipo y el miércoles daría a conocer nuevas medidas económicas. Todavía tiene que renunciar formalmente a su escaño en el Congreso antes de poder asumir oficialmente el papel de ministro.
A pesar de la falta de medidas concretas, los analistas del mercado se sienten seguros de saber qué camino tomará Massa, teniendo en cuenta que su equipo ha estado hablando con actores clave durante toda la semana.
“Las medidas que han estado discutiendo son bastante razonables”, dijo Spotorno.
De momento, sin embargo, “el optimismo parece un poco exagerado”, advirtió Gedan. “Es cierto que Martín Guzmán había estado viviendo fuera del país y no tenía necesariamente la capacidad de navegar en el nido de esta coalición, pero los problemas de fondo son difíciles de resolver y políticamente traicioneros.”
Uno de los principales interrogantes para el país tiene que ver con el futuro del reciente acuerdo del país con el Fondo Monetario Internacional para reestructurar unos 44.000 millones de dólares de deuda.
Cristina Fernández y sus aliados de izquierda en la coalición se han opuesto públicamente al acuerdo, alegando que exige un nivel de austeridad que perjudicará a los trabajadores y a los pobres, además de obstaculizar el crecimiento.
Batakis fue sustituida el mismo día en que regresaba de una gira relámpago por Washington, donde se reunió con inversores, así como con funcionarios del FMI, el Banco Mundial y el Tesoro estadounidense.
Aunque el mercado parece recibir a Massa con los brazos abiertos, no está claro que el conjunto de los argentinos piense lo mismo.
“Lo que necesita el mercado y lo que necesita la opinión pública son dos cosas muy diferentes”, dijo Jorge Giacobbe, un analista político que dirige la encuestadora local Giacobbe & Associates. “Ambos están enfadados, sí, pero Massa llega a este nuevo cargo teniendo sólo un 9% de positivosimagen y un 70% de negativo”.
Cuando se le pide que describa a Massa en una palabra, la mayoría elige la palabra “panqueque”, dijo Giacobbe, una palabra que se utiliza coloquialmente para describir a alguien que cambia de opinión con frecuencia.
El bajo índice de aprobación significa que Massa “es un hombre que no tiene nada que perder”, añadió Giacobbe.
Massa fue jefe de Gabinete durante casi un año en el primer mandato de la presidencia de Cristina Fernández (2007-2015). Luego pasó a ser muy crítico con su ex jefa mientras perseguía sus propias ambiciones presidenciales, para luego sumarse a la coalición que terminó eligiendo a Alberto Fernández, otro antiguo aliado de Cristina Fernández que luego se convirtió en crítico.
La entrega de tanto poder a alguien que ha mostrado una disposición a cambiar de alianzas rápidamente refleja la desesperación de la administración, argumentan algunos.
“Esta es la última bala del gobierno”, dijo Spotorno. “Si Massa se va, ¿quién queda? No hay nadie”.
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