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El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha descartado la celebración de un referéndum sobre el mantenimiento del recién proclamado monarca británico, el rey Carlos III, como jefe de Estado de Australia. El anuncio supone un giro en su política anterior, cuyas bases comenzó a sentar su gobierno cuando fue elegido.
Rechazando la celebración de conversaciones para convertirse en una república con su propio jefe de Estado, el primer ministro dijo que no era el momento de cambiar, sino de rendir homenaje a la reina Isabel II.
El Sr. Albanese dijo que no “perseguiría las cuestiones” de cambio constitucional a menos que fuera reelegido, por “profundo respeto y admiración” hacia la Reina.
Descartando la celebración de un referéndum en su primer mandato, declaró el viernes a la cadena nacional australiana ABC que “ahora no es el momento de hablar de nuestro sistema de gobierno”.
“Ahora es el momento de rendir homenaje a la vida de la reina Isabel; una vida bien vivida, una vida de dedicación y lealtad, incluso al pueblo australiano; y de que honremos y lloremos”, dijo.
“Hoy no es un día para la política”, dijo Albanese en declaraciones adicionales a Radio National, incluso cuando los ciudadanos de varios países se negaron a llorar el fallecimiento de la Reina, y muchos expresaron abiertamente sus intenciones en las redes sociales a través de memes y bromas.
El anuncio del Sr. Albanese también se produce cuando los líderes de uno de los partidos políticos del país, los Verdes, han impulsado un cambio constitucional progresista. Adam Bandt, diputado por Melbourne y miembro del partido, expresó sus condolencias por la muerte de la Reina en un post en Twitter, pero también pidió que Australia “avance”.
Mehreen Faruqi, vicepresidenta del partido, fue un paso más allá y calificó a la Commonwealth de “imperio racista construido sobre las vidas, las tierras y las riquezas robadas a los pueblos colonizados”.
La senadora del partido indígena de los Verdes, Lidia Thorpe, al prestar juramento en el parlamento el mes pasado, juró “guardar verdadera lealtad a la colonizadora Su Majestad la Reina Isabel II”.
El Sr. Albanese comenzó a sentar las bases de una república australiana tras ser elegido en mayo. Creó un nuevo puesto de ministro adjunto para la república y nombró a Matt Thistlethwaite para el cargo en junio.
El Sr. Thistlethwaite había dicho anteriormente que no habría ningún cambio en el estatus de Australia en vida de la Reina, mientras que el primer ministro había dicho que el referéndum no era una prioridad para los tres primeros años de su mandato.
En declaraciones a Sky News, el Sr. Albanese dijo que la Reina era “la única monarca que hemos conocido en mi vida y en la vida de la mayoría de los australianos”, y que la tenía en “alta estima”.
Los comentarios del Sr. Albanese también contrastan con los de sus colegas que representan a otros países de la Commonwealth. El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, declaró poco después de la muerte de la Reina que su país convocaría un referéndum “en los próximos tres años”.
Albanese viajará a Londres el próximo jueves para asistir al funeral de Estado de la Reina. También anunció un día festivo nacional el 22 de septiembre, y dijo que quería que el nuevo Rey visitara Australia “lo antes posible”.
Australia, junto con Canadá y Nueva Zelanda, es uno de los 15 países de la Commonwealth que quedan del antiguo imperio británico. Los otros son Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Granada, Jamaica, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Islas Salomón, Tuvalu y el Reino Unido.
En 1954, la Reina se convirtió en la primera monarca reinante en visitar Australia.
Se calcula que cerca del 70% de la población australiana acudió a verla durante su itinerario de dos meses con su marido, en el que recorrieron 57 ciudades. Después de esa visita, viajó al país otras 16 veces. Su última visita fue en 2011.
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