El presidente Joe Biden está ofreciendo a los fabricantes y minoristas de leche artificial apoyo logístico y de transporte para aliviar la escasez nacional de leche artificial para bebés, mientras la administración trabaja para que la mayor planta nacional vuelva a funcionar después de que fuera cerrada a principios de este año por problemas de seguridad.
La Casa Blanca dijo que está trabajando con todos los principales productores de fórmula para impulsar la producción, incluyendo el contacto con sus proveedores para animarles a dar prioridad a la producción y la entrega de los ingredientes de la fórmula. Esto se produce en un momento en que la administración de Biden se ha visto sometida a una intensa presión durante la última semana para que haga más por aliviar la escasez de leche de fórmula que ha obligado a los padres de bebés a hacer grandes esfuerzos para alimentar a sus hijos.
La escasez tiene su origen en la retirada de productos de Abbott, el mayor fabricante de leche de fórmula del país, que cerró la planta de la empresa en Michigan y agravó las actuales interrupciones de la cadena de suministro entre los fabricantes de leche de fórmula, dejando menos opciones en las estanterías de las tiendas en gran parte del país. La escasez ha llevado a minoristas como CVS y Target a limitar el número de envases que los clientes pueden comprar por visita y ha obligado a algunos padres a intercambiar y vender leche de fórmula en línea.
El lunes, el Comisionado de la FDA Robert Califf dijo a “Good Morning America” de ABC News que la agencia federal está “trabajando muy estrechamente con Abbott” para reabrir la fábrica cerrada de Michigan y espera que “en un período muy corto de tiempo vamos a tener un anuncio sobre el camino a seguir.”
Califf dijo que próximamente se hará un anuncio sobre la importación de fórmulas para bebés desde el extranjero, señalando que la clave es asegurarse de que las instrucciones de la fórmula estén en idiomas que las madres y los cuidadores puedan entender.
La FDA advirtió a las familias que no deben hacer su propia fórmula para bebés porque tiene 30 componentes distintos que tienen que estar en la cantidad correcta, de lo contrario la fórmula puede ser peligrosa para el consumo.
La retirada voluntaria de Abbott fue provocada por cuatro enfermedades reportadas en bebés que habían consumido fórmula en polvo de la planta de Michigan. Los cuatro bebés fueron hospitalizados con un tipo raro de infección bacteriana y dos murieron.
Tras una inspección de seis semanas, los investigadores de la FDA publicaron en marzo una lista de problemas, entre los que se encontraban unas normas sanitarias y de seguridad poco estrictas y un historial de contaminación bacteriana en varias partes de la planta.
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