F urante más de cuatro décadas, Estados Unidos ha mantenido una línea prudente en relación con Taiwán, sin dejar claro hasta dónde llegaría su apoyo a la isla separatista en caso de que China intentara hacerse con su control militar. Pero en los últimos años, esa cautela bien calibrada ha empezado a erosionarse. La guerra de Rusia en Ucrania puede haberla echado por tierra.
El lunes, el presidente Joe Biden pareció dejar de lado décadas de política estadounidense cuidadosamente calibrada al prometer explícitamente defender la nación insular de 24 millones de habitantes en caso de que Pekín lanzara una acción militar para reclamar para el continente lo que considera un territorio escindido.
Biden respondió así a la pregunta de un periodista en una rueda de prensa conjunta en Tokio con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, durante su primer viaje a Asia como presidente. Se le preguntó si EEUU iría tan lejos para defender a Taiwán como lo ha hecho con Ucrania.
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