Boris Johnson pedirá a los países del Golfo que aumenten la producción de petróleo en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Putin

Boris Johnson pedirá el miércoles a los países del Golfo que abran los grifos del petróleo con la esperanza de evitar una devastadora subida de precios derivada de la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin.

Pero el primer ministro se vio obligado a defenderse de las acusaciones de que, en su búsqueda de ayuda para hacer frente a un dictador sanguinario, corría directamente a los brazos de otro, cuyo enfoque “atroz” de los derechos humanos quedó al descubierto con las 81 ejecuciones anunciadas por Arabia Saudí el sábado.

Antes de su reunión con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, Johnson insistió en que era necesario “construir la coalición más amplia posible” en oposición a Putin.

Los ayudantes dijeron que instaría al príncipe heredero a denunciar la guerra sangrienta del Sr. Putin, de la que hasta ahora ha rehuido, reafirmando tan sólo la semana pasada la cooperación de su país con Rusia en materia de petróleo.

Pero la Campaña contra el Comercio de Armas dijo que la visita sólo envalentonaría a “MBS” para sentir que puede seguir suministrando las armas -muchas de ellas de fabricación británica- que han alimentado la guerra de ocho años en Yemen.

La visita de Johnson se produce poco después de que se supiera que MBS se había negado a aceptar una llamada del presidente estadounidense Joe Biden, que está instando a los Estados del Golfo a aumentar la producción de combustible para ayudar a los compradores internacionales a abandonar los hidrocarburos rusos.

Al parecer, Biden ha desatado la ira del príncipe heredero por sus anteriores comentarios de que Riad debería “pagar el precio” por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018.

Downing Street dijo que el PM planteará los derechos humanos y la oposición del Reino Unido a la pena capital con el gobernante de facto del reino, pero se negó a decir si el Sr. Johnson planteará la muerte de Khashoggi, en la que MBS está ampliamente implicado.

El Sr. Johnson dijo antes de su visita, que también incluye a los Emiratos Árabes Unidos: “El ataque brutal y no provocado que el presidente Putin ha desencadenado en Ucrania tendrá consecuencias de gran alcance para el mundo, mucho más allá de las fronteras de Europa.

“El Reino Unido está construyendo una coalición internacional para hacer frente a la nueva realidad a la que nos enfrentamos. El mundo debe destetarse de los hidrocarburos rusos y acabar con la adicción de Putin al petróleo y al gas.

“Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos son socios internacionales clave en ese esfuerzo. Trabajaremos con ellos para garantizar la seguridad regional, apoyar el esfuerzo de ayuda humanitaria y estabilizar los mercados energéticos mundiales a largo plazo.”

Downing Street reveló que se espera que en el viaje se confirme una inversión de 1.000 millones de libras por parte del Grupo Alfanar de Arabia Saudí en un proyecto de Teesside destinado a producir combustible de aviación sostenible a partir de residuos, que podría crear 700 puestos de trabajo durante la construcción y 240 a largo plazo.

Pero el líder laborista, Sir Keir Starmer, ha dicho que “ir de dictador en dictador no es una estrategia energética”.

El portavoz laborista para el cambio climático, Ed Miliband, también dijo: “Es una señal de nuestra vulnerabilidad e inseguridad energética como país que el primer ministro vaya a Arabia Saudí a buscar un aumento de la producción de petróleo, a pesar del espantoso historial de derechos humanos del régimen”.

“Una vez más se demuestra que la mejor solución a la crisis energética a la que nos enfrentamos es un sprint de energía verde en casa para que de una vez por todas acabemos con nuestra dependencia de los combustibles fósiles.

“La mejor manera de abordar la crisis del coste de la vida es el plan laborista de un impuesto inesperado a los productores de petróleo y gas parareducir la factura energética de los hogares”.

Y Kate Fallon de CAAT dijo: “Este viaje señala que el primer ministro planea no sólo replicar sino afianzar otra relación comercial con un régimen asesino que no tiene en cuenta el derecho a la vida de sus propios ciudadanos, y mucho menos los de otro país como Yemen”.

“Cuando nos preguntamos cómo es que Rusia se sintió tan envalentonada como para invadir Ucrania atacando indiscriminadamente a los civiles durante las primeras tres semanas de esta devastadora guerra, la respuesta está en décadas de silencio, excusas y miopes intereses propios ilustrados perfectamente por las desmedidas acciones del primer ministro.”

La visita de un día se produce mientras Johnson prepara una estrategia de suministro de energía diseñada para ayudar al Reino Unido a desprenderse del gas y el petróleo rusos, que parece que implicará nuevas perforaciones en el Mar del Norte, así como un cambio acelerado hacia la energía nuclear y las energías renovables.

Se produce tras el anuncio de sanciones británicas a más de 370 personas vinculadas a Putin, así como de medidas para impedir la exportación de bienes de lujo -como coches Rolls Royce o Bentley, moda de alta costura y obras de arte- a Rusia.

Entre los sancionados se encuentran el primer ministro de Putin, Mijaíl Mishustin, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y el ex presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, así como el portavoz jefe del presidente ruso, Dmitri Peskov, y la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova.

Entre los oligarcas sancionados se encuentran el presidente del mayor aeropuerto de Rusia, Alexander Ponomarenko, y el fundador de Alfa Bank, Mikhail Fridman.

Se impusieron aranceles punitivos a una serie de productos de exportación, como el vodka, añadiendo un 35% a su precio, ya que tanto Rusia como Bielorrusia perdieron su condición de “nación más favorecida” según las normas de la Organización Mundial del Comercio.

La legislación posterior al Brexit para dotar al Reino Unido de una política de sanciones independiente ha llevado a Londres a ir por detrás de Bruselas y Washington en la elaboración de una lista negra de plutócratas súper ricos cercanos a Putin.

Pero la aprobación de la Ley de Delitos Económicos el lunes permitió al Reino Unido igualar las medidas ya adoptadas por los aliados de la UE y Estados Unidos.

La medida eleva el número total de sanciones impuestas a más de 1.000 desde el inicio de la invasión el 24 de febrero, con 775 relativas a individuos y el resto a bancos, instituciones, empresas y filiales.