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Los puntos de inyección segura para los consumidores de opioides podrían estar pronto permitidos en tres ciudades de California después de que el Senado del estado aprobara un proyecto de ley que autoriza su uso para un programa piloto.
La nueva ley permitiría a la ciudad y al condado de Los Ángeles, San Francisco y Oakland operar sitios en los que los usuarios puedan inyectarse sus propias drogas bajo la supervisión de personal capacitado. El personal está capacitado para tratar las sobredosis, analizar las drogas y proporcionar jeringuillas limpias.
El proyecto de ley pasa ahora a la mesa del gobernador Gavin Newsom, que ya se ha manifestado a favor de los puntos de inyección seguros. Si se aprueba, California podría convertirse en el principal estado del país en lo que respecta a esta política progresista en materia de drogas, que, según sus defensores, salva vidas.
El impulso a los puntos de inyección seguros se produce en medio de un número récord de muertes por sobredosis en todo Estados Unidos. Más de 100.000 estadounidenses murieron por sobredosis en 2021, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la cifra anual más alta jamás registrada. Solo en California se produjeron alrededor de 10.000 sobredosis muertes.
Los expertos afirman que el aumento del uso del opioide sintético fentanilo está detrás de este incremento, así como las condiciones únicas que ejercieron una presión adicional sobre los consumidores de drogas durante la pandemia de coronavirus.
El zar antidroga del presidente Joe Biden, por su parte, ha señalado que el gobierno de Biden podría estar abierto a apoyar los puntos de inyección seguros, y ha defendido una política de drogas centrada en la prevención de daños.
En la actualidad sólo hay dos sitios de este tipo en funcionamiento en Estados Unidos, ambos en la ciudad de Nueva York, que no aprobó ninguna ley estatal antes de abrirlos en noviembre de 2021. Rhode Island se convirtió en el primer estado en legalizar los puntos de inyección seguros el año pasado para un programa piloto de dos años, pero aún no ha abierto ningún dispensario.
“Los sitios de consumo seguro son un modelo probado para ayudar a las personas a evitar las muertes por sobredosis, reducir la transmisión del VIH y la hepatitis, reducir la basura de jeringas y ayudar a las personas a acceder al tratamiento”, dijo el Sr. Wiener en el comunicado.
“Esta legislación no trata de si queremos que la gente consuma drogas. Más bien, es un reconocimiento de que la gente *está* consumiendo drogas, y nuestra elección es si queremos hacer todo lo posible para ayudarles a sobrevivir y a estar sanos”, añadió.
Los republicanos se oponen al proyecto de ley, argumentando que fomenta el comportamiento ilegal. El líder de los republicanos en el Senado de California, Scott Wilk, calificó el proyecto de ley como “una de las piezas legislativas más peligrosas” jamás enviadas al gobernador.
“En lugar de centrarse en una estrategia para ayudar a la gente a recuperar sus vidas, salir de las drogas y entrar en tratamiento, los demócratas de California se centran en dar a la gente agujas gratuitas y un lugar seguro para inyectarse”, dijo el Sr. Wilk en un comunicado, según el Sacramento Bee.
En Nueva York, el operador del primer y único centro de consumo supervisado del país dijo en mayo que había evitado 314 sobredosis de drogas en sus primeros seis meses desde su apertura en noviembre de 2021.
“El consumo seguro supervisado es una intervención médica que salva vidas. Cada persona que entra por nuestras puertas tiene una historia, alguien que la quiere y espera una vida que no esté definida por la adicción o el trauma. Cada uno de ellos merece compasión y una oportunidad de curación”, dijo Sam Rivera, Director Ejecutivo de OnPoint NYC, en un comunicado.
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