Charlotte Bellis, la periodista neozelandesa embarazada que quedó atrapada en Afganistán debido a las estrictas normas de cuarentena en su país, podrá regresar a la nación del Pacífico.
El viceprimer ministro, Grant Robertson, dijo que a la Sra. Bellis se le había ofrecido un vale para una habitación después de que el gobierno insistiera en que tenía que volver a solicitar una plaza en los hoteles de cuarentena completamente ocupados del país.
“Hay una plaza en el MIQ [managed isolation and quarantine] para la Srta. Bellis, y la insto a que la ocupe”, dijo el Sr. Robertson después de que ella escribiera en una columna publicada en el New Zealand Herald el pasado sábado que Nueva Zelanda se ha negado a darle una plaza en su centro de cuarentena.
“Volveré a mi país natal, Nueva Zelanda, a principios de marzo para dar a luz a nuestra niña. Estamos muy emocionados por volver a casa y estar rodeados de familia y amigos en un momento tan especial”, dijo en un comunicado el martes.
La Sra. Bellis, embarazada de 25 semanas, dijo que era “brutalmente irónico” que en su día cuestionara a los talibanes por el trato que daban a las mujeres y que ahora hiciera las mismas preguntas al gobierno de Nueva Zelanda.
Añadió que tuvo que buscar la ayuda de los talibanes después de que no consiguiera entrar en Nueva Zelanda a través de un sistema de lotería y que más tarde fuera rechazada cuando solicitó un retorno de emergencia.
Durante la toma de Afganistán por los talibanes en agosto de 2021, preguntó a los militantes islamistas si defenderían los derechos de las mujeres, lo que le valió la atención internacional.
La reportera sigue en Afganistán con su pareja, New York Times fotógrafo Jim Huylebroek. Aunque no están casados, los talibanes le aseguraron que estará a salvo allí.
“Cuando los talibanes te ofrecen -a una mujer embarazada y soltera- un refugio seguro, sabes que tu situación es un desastre”, escribió.
La Sra. Bellis dimitió de Al Jazeera en noviembre y tuvo que abandonar Qatar debido a las leyes conservadoras que prohíben las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Entonces se trasladó a Bélgica con su pareja, pero no pudo quedarse por no ser residente en el país europeo.
“Queríamos guardar tiempo en la manga para una emergencia, así que decidimos volver a instalarnos. El problema era que el único otro lugar donde teníamos visados para vivir era Afganistán”, añadió.
La Sra. Bellis llamó entonces a su contacto en los talibanes y le preguntó si a ella y a su pareja se les permitiría entrar en Afganistán a pesar de que ella estaba embarazada y no estaba casada. Le dijeron: “Sólo dile a la gente que estás casada y si la cosa va a más, llámanos. No te preocupes”.
Chris Bunny, jefe del sistema de cuarentena de Nueva Zelanda, dijo que la nueva oferta se le hizo porque Afganistán era extremadamente peligroso y había riesgo de terrorismo.
“Reconocemos que la Sra. Bellis se considera segura y no solicitó una asignación por ese motivo. Tenemos la discreción residual de conceder asignaciones en circunstancias raras y excepcionales”, dijo el Sr. Bunny, citado por Associated Press.
Los funcionarios dijeron que añadirían al Sr. Huylebroek a su bono si tomaba el mismo vuelo con ella.
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