Millones de ciudadanos chinos fueron sometidos a un nuevo bloqueo el martes tras un nuevo brote de coronavirus, ya que el gobierno sigue comprometido con su política de “cero Covid”.
El endurecimiento de las restricciones a las actividades ha despertado la preocupación por la salud de la economía, que apenas crece, y que ha tenido problemas desde que comenzó la pandemia en 2020.
Casi la mitad de los seis millones de residentes de la ciudad portuaria de Dalian, junto con un número no revelado de ciudadanos en Chengde, Shijiazhuang y Shenzhen, fueron puestos bajo llave.
Las últimas restricciones reflejan la estricta adhesión de China a una política de “dinámica Covid cero” destinada a frenar la propagación del coronavirus en cada brote.
Se había instado al país a replantearse su estricta política de Covid después de que el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtiera que era una medida insostenible a principios de este año.
El bloqueo en Dalian comenzó el martes y se espera que dure sólo cinco días. Sin embargo, en el pasado las autoridades han ampliado las restricciones en función del número de casos.
Los hogares están autorizados a enviar a una persona diariamente a comprar artículos de primera necesidad.
El distrito de Longhua, en Shenzhen, que cuenta con 2,5 millones de residentes, cerró los locales de ocio y Huaqiangbei, el mayor mercado de productos electrónicos del mundo.
En virtud de las nuevas restricciones, que estarían en vigor hasta el sábado, los ciudadanos de Longhua deben mostrar una prueba de resultados negativos en un plazo de 24 horas para entrar en recintos residenciales, y los restaurantes deben limitar los clientes a la mitad de su capacidad.
En la ciudad de Chengdu, con una población de 21 millones de habitantes, se ordenó el cierre general de los lugares de ocio y culturales.
El municipio septentrional de Tianjin, con 13,7 millones de habitantes, inicia una nueva ronda de pruebas Covid-19 en toda la ciudad y anuncia un retraso en la reanudación de las clases fuera de línea en varias escuelas.
Se ha desaconsejado a la gente viajar dentro y fuera de Pekín, aunque la capital no se ha visto afectada en gran medida por la nueva ola de infecciones. Según se informa, los residentes en la capital son sometidos a pruebas casi a diario.
El gigante asiático ha mantenido la mayoría de sus fronteras cerradas a los visitantes extranjeros, al tiempo que exige a los que llegan que estén en cuarentena durante más de una semana en hoteles, donde la gente ha expresado su preocupación por las malas condiciones sanitarias.
China informó el martes de 1.717 casos de transmisión local, la mayoría en la provincia de Sichuan.
Mientras tanto, un grupo de expertos chinos, Anbound Research Centre, emitió un raro desacuerdo público con el gobierno, diciendo que las restricciones deben ser cambiadas para evitar un estancamiento económico.
El grupo de expertos dijo en su informe: “Prevenir el riesgo de estancamiento económico debería ser la tarea prioritaria”.
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