China ha presentado una protesta formal ante Japón por la presencia del vicepresidente taiwanés en un monumento conmemorativo del asesinado ex primer ministro japonés Shinzo Abe.
China afirma que Taiwán es una provincia escindida que debe reunirse por la fuerza si es necesario y se opone a cualquier expresión de su identidad política independiente.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, dijo el martes que las autoridades taiwanesas habían “aprovechado la oportunidad para la manipulación política” y que Pekín ha “presentado severas quejas con Japón en Pekín y Tokio y ha dejado clara su posición.”
“Su esquema político nunca podrá tener éxito”, dijo Wang en una sesión informativa diaria.
El vicepresidente de Taiwán, Lai Ching-te, presentó el lunes sus respetos en la residencia de Abe en Tokio. Abe era conocido como un firme partidario de Taiwán, una colonia japonesa desde hace 50 años en la que el sentimiento público favorece fuertemente a Tokio.
China y Taiwán se separaron en medio de una guerra civil en 1949 y Pekín ha intentado cada vez más aislar diplomáticamente al gobierno de la isla. En deferencia a China, Taiwán, con sus 23 millones de habitantes y su economía de alta tecnología, ha sido rechazado por las Naciones Unidas y sólo puede participar en eventos deportivos mundiales como “Taipei Chino”.
China envía ahora regularmente aviones de guerra a través del Estrecho de Taiwán y a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán para anunciar su amenaza de utilizar la fuerza si la isla hace una declaración formal de independencia, y para advertir a sus partidarios, principalmente a Estados Unidos, junto con sus aliados, incluido Japón.
En 2021, tras dimitir como primer ministro, Abe enfureció a Pekín con un discurso en el que emitió un fuerte apoyo a Taiwán y dijo que “la aventura militar llevaría al suicidio económico”.
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