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Cientos de combatientes han sido evacuados de una fábrica de acero en Mariupol, en el sur de Ucrania, después de que se hayan refugiado allí durante meses en medio de los bombardeos de Rusia.
La evacuación de la fábrica de acero Azovstal supone una importante derrota para Ucrania, ya que los invasores rusos parecen haber tomado el control de la ciudad portuaria asediada del Mar Negro.
Más de 250 soldados ucranianos han sido evacuados de un total de unos 600 que han estado atrapados en la planta siderúrgica durante 82 días desde que Vladimir Putin lanzó la invasión el 24 de febrero.
Cincuenta y tres soldados heridos han sido trasladados a un hospital de la ciudad de Novoazovsk, controlada por Rusia, a unos 32 kilómetros al este de Mariupol, según ha declarado la viceministra de Defensa ucraniana, Anna Malyar.
Otras 211 personas han sido trasladadas a la ciudad de Olenivka, en una zona controlada por los separatistas apoyados por Rusia, dijo Malyar.
Todos los evacuados serán objeto de un posible intercambio de prisioneros con Rusia, añadió.
Entre las tropas evacuadas hay algunas que están gravemente heridas, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
“Esperamos poder salvar la vida de nuestros chicos”, dijo en un discurso nocturno a los ucranianos.
“Hay heridos graves entre ellos. Están recibiendo cuidados. Ucrania necesita héroes ucranianos vivos”.
A principios de esta semana, los combatientes del Batallón Azov -una unidad de la Guardia Nacional de Ucrania que ha tenido neonazis en sus filas- dijeron que sus compañeros dentro de la planta habían estado viviendo en condiciones insalubres “con heridas abiertas vendadas con restos de vendas no estériles, sin la medicación necesaria e incluso sin comida”.
Las imágenes muestran a varios soldados a los que les faltan extremidades.
“Las condiciones en las que se encuentran son horribles”, dijo Alina Nesterenko, residente de Mariupol. “No tengo palabras para describirlas. Por eso estamos aquí. Estamos suplicando, estamos suplicando de todas las maneras posibles, estamos pidiendo que se salven nuestros seres queridos.”
Natalia Zaritskaya, cuyo marido es miembro del Regimiento Azov, describió las condiciones “infernales” de la planta.
“Están en el infierno. Reciben nuevas heridas cada día. Están sin piernas ni brazos, agotados, sin medicamentos”, dijo.
Tras las evacuaciones, el ejército ucraniano dijo que había “ordenado a los comandantes de las unidades estacionadas en Azovstal que salvaran las vidas del personal” y que las tropas allí presentes habían cumplido su misión de combate.
Los esfuerzos para rescatar a las tropas que aún se encuentran en el interior estaban en marcha, añadió el ejército. No dijo cuántos combatientes permanecían en Azovstal, donde han permanecido en búnkeres y túneles a gran profundidad para resistir cualquier ataque nuclear de Rusia.
A principios de este mes, varios civiles fueron evacuados del interior de la planta, una de las mayores instalaciones metalúrgicas de Europa. Alrededor de 1.000 mujeres, niños y ancianos se habían refugiado en los túneles subterráneos de la planta siderúrgica, según el ayuntamiento de Mariupol.
Mariupol está ahora en ruinas como resultado de los repetidos ataques rusos contra la ciudad. Decenas de miles de personas han muerto, según Ucrania.
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