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Kim Jong-un supervisó el viernes el lanzamiento de prueba del mayor misil balístico intercontinental de Corea del Norte, anunciado mediante la publicación de un extraño vídeo al estilo de Hollywood.
En lo que podría confundirse con una escena de la película de 1986 Top Gunel Sr. Kim salió de un edificio de estilo militar vestido con una chaqueta de cuero negra y gafas de sol, con dos oficiales del ejército a cada lado.
Después de mirar su reloj durante unos segundos -con el eco de uno de sus oficiales militares- el Sr. Kim dio personalmente la luz verde para el lanzamiento del misil, momento en el que el clip terminó.
Los medios de comunicación estatales dijeron después que el lanzamiento del misil, llamado Hwasong-17, fue guiado directamente por el líder norcoreano.
Añadió que el país seguiría desarrollando una “disuasión bélica nuclear” mientras se prepara para una “larga confrontación” con EEUU.
Presentado por primera vez en octubre de 2020, el Hwasong-17 es supuestamente el más grande de Corea del Norte hasta la fecha y marca el fin de una prohibición autoimpuesta de pruebas de largo alcance, que ha estado en vigor desde 2017.
Se dice que el misil ha volado durante 677 millas (1.090 km) hasta una altitud máxima de 3.882 millas (6.248 km) y ha alcanzado un objetivo en el mar entre Corea del Norte y Japón, según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA).
Nunca antes se había probado con éxito, y el lanzamiento -realizado en el aeropuerto internacional de Pyongyang- provocó la inmediata indignación de los vecinos del país y de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, condenaron previamente la maniobra durante una reunión de los líderes del G7 y de Europa en Bruselas. Insistieron en la necesidad de la diplomacia y acordaron trabajar juntos para que Pyongyang -la capital de Corea del Norte- “rinda cuentas”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
“Este lanzamiento es una violación descarada de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y eleva innecesariamente las tensiones y corre el riesgo de desestabilizar la situación de seguridad en la región”, dijo el viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
El cohete podría alcanzar objetivos a 9.320 millas (15.000 km) de distancia cuando se dispara en una trayectoria normal, lo que situaría a la parte continental de EE.UU. a una distancia de ataque – junto con la mayor parte del mundo.
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