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Varios de los principales líderes gubernamentales del mundo se alinean el lunes para caminar por la cuerda floja diplomática que podría significar la diferencia entre la guerra y una paz incómoda en Ucrania, ya que la amenaza de Rusia en la frontera de su vecino no cesa.
El presidente ruso, Vladímir Putin, permanece en el Kremlin tras su incursión diplomática para conseguir el apoyo de China durante el fin de semana y acoge la principal reunión del día en la que su homólogo francés, Emmanuel Macron, tratará de rebajar las tensiones.
Más tarde, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá con el canciller alemán, Olaf Scholz, en la Casa Blanca para apuntalar la decisión occidental ante lo que consideran una agresión rusa.
Las estimaciones occidentales de que hay unos 100.000 soldados rusos cerca de Ucrania aumentan la preocupación de que una ofensiva pueda estar a punto de producirse. Al mismo tiempo, también se están apuntalando las fronteras de la alianza de la OTAN.
FRANCIA HACE UN GRAN MOVIMIENTO
Aunque la Unión Europea de 27 naciones como bloque ha tenido poco impacto en la crisis, Francia siempre ha sentido que podía forzar un avance en el estancamiento Este-Oeste, y Macron es el epítome de esa confianza.
Moscú es sólo el primero de un baile diplomático que le llevará a Kiev el martes. Su prioridad es simple: “diálogo con Rusia y desescalada”.
Lo que hace que la ejecución sea mucho más complicada es la necesidad de mantener un frente occidental unificado formado por más de dos docenas de actores frente al monolito del Kremlin, donde la voluntad de un solo hombre se enfrenta a muy poca oposición.
El reto esencial de Macron es asegurarse de que las cosas no empeoren sobre el terreno “antes de construir gestos y mecanismos de confianza”. En una entrevista con el periódico francés Journal du Dimanche, dijo que Putin podría hacer de Ucrania sólo un medio para lograr un objetivo mayor.
“El objetivo geopolítico de Rusia hoy en día no es claramente Ucrania, sino aclarar las reglas de convivencia con la OTAN y la UE”, dijo Macron. Aunque la seguridad de Ucrania no puede ser moneda de cambio, Macron dijo que “también es legítimo que Rusia plantee la cuestión de su propia seguridad.”
TRAS EL MOVIMIENTO DE FRANCIA, TAMBIÉN LO HACE ALEMANIA
Francia y Alemania ya han trabajado en tándem. Hace siete años, fueron esenciales en la creación de un acuerdo de paz para el este de Ucrania en un intento de poner fin a las hostilidades entre las fuerzas ucranianas y los separatistas respaldados por Rusia que estallaron en 2014 tras la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea.
Alemania ha sido criticada por ser lenta y poco entusiasta en su enfoque de la crisis de Ucrania, pero el lunes, el juggernaut económico de Europa se movía en diferentes frentes. Mientras el canciller Schulz preparaba su reunión con Biden, la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, tenía programadas reuniones en Kiev con el presidente Volodymyr Zelenskyy y tenía previsto visitar el martes la “línea de contacto” con los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
Muestra de solidaridad de Alemania en medio de las tensiones por la negativa de Berlín a enviar armas. Sin embargo, Baerbock dijo que “estamos -sin peros- junto a la integridad territorial del país y al lado de la gente en Ucrania.”
Baerbock añadió que “juntos, reaccionaremos con medidas duras y muy concretas ante cualquier nueva agresión rusa contra Ucrania.”
MÁS TROPAS EN EL FRENTE ORIENTAL DE LA OTAN
Alemania también está considerando enviar más tropas a Lituania, reforzando potencialmente su presencia en el flanco oriental de la OTAN. La ministra de Defensa, Christine Lambrecht, ha planteado esta posibilidad antes de la reunión de Scholz con Biden. El dirigente alemán tiene previsto recibir el jueves a los líderes de Lituania, Letonia y Estonia, los tres Estados bálticos que sienten específicamente el calor de Moscú, antes de viajar a Ucrania y Rusia la próxima semana. Alemania ha dirigido un grupo de combate de la OTAN en Lituania durante los últimos cinco años.
Unas pocas docenas de tropas y equipos de élite de Estados Unidos fueron vistos aterrizando el domingo en el sureste de Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, siguiendo las órdenes del presidente Joe Biden de desplegar 1.700 soldados allí en medio de los temores de una invasión rusa de Ucrania.
Todavía se espera que otros cientos de tropas de infantería de la 82ª División Aerotransportada lleguen al aeropuerto de Rzeszow-Jasionka, a 90 kilómetros de la frontera de Polonia con Ucrania. Un avión Boeing C-17 Globemaster de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos trajo algunas docenas de tropas y vehículos.
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Sylvie Corbet y Vladimir Isachenkov en Moscú, y Geir Moulson en Berlín, contribuyeron a este informe.
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