Un cuarto periodista ha sido asesinado en México en un mes, lo que ha provocado la condena de los grupos de defensa de la libertad de prensa.
Roberto Toledo, un abogado de 55 años que colaboraba con el medio de comunicación Monitor Michoacán, fue asesinado a tiros en el occidental estado de Michoacán, en el municipio de Zitácuaro, por tres hombres en un aparcamiento junto al despacho de abogados donde trabajaba.
Su muerte fue confirmada por el director de Monitor Michoacán, Armando Linares, en un video compartido en las redes sociales.
“Uno de nuestros compañeros perdió la vida porque tres personas llegaron y le dispararon de manera vil, de manera cobarde”, dijo el señor Linares en el video, claramente consternado. “A la familia de nuestro compañero le digo que no vamos a dejar las cosas así y que las vamos a llevar hasta sus últimas consecuencias”.
El señor Linares dijo que los empleados de Monitor Michoacán habían sido objeto de amenazas vía WhatsApp y Messenger.
“No estamos armados, no llevamos armas. Nuestro único medio de defensa es un bolígrafo, un lápiz, una libreta”, dijo.
El portavoz del gobierno de México, Jesús Ramírez Cuevas, condenó inicialmente el asesinato en Twitter, diciendo: “Trabajaremos en conjunto con el gobierno estatal y municipal para esclarecer el caso. No permitiremos la impunidad. Defendemos la libertad de expresión y el derecho a la información”. Un tuit posterior desde su cuenta decía que Roberto Toledo trabajaba como asistente en un despacho de abogados, no como periodista.
En una entrevista con el diario mexicano Milenio, el alcalde de Zitácuaro, Antonio Orihuela, también condenó el ataque pero dijo que Toledo no era periodista.
El director de Monitor Michoacán dijo que Toledo cubría el gobierno del estado y producía historias en video para la web. “Mantuvo un perfil bajo, dadas las amenazas que habíamos recibido”, dijo en una entrevista con Milenio.
Otros tres periodistas y trabajadores de los medios de comunicación han sido asesinados en lo que va de año: el reportero José Luis Gamboa Arenas fue asesinado en Veracruz el 10 de enero; el fotógrafo Alfonso Margarito Martínez Esquivel fue asesinado frente a su casa en Tijuana el 17 de enero; y la reportera Lourdes Maldonado López fue tiroteada dentro de un coche en Tijuana el 23 de enero.
La muerte de Toledo el 31 de enero “subraya la situación increíblemente peligrosa a la que se enfrentan los periodistas en todo México cuando intentan realizar su trabajo diario”, dijo Natalie Southwick, coordinadora del programa para América Latina y el Caribe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). El grupo condenó el ataque en las redes sociales e instó a las autoridades mexicanas a investigar.
México fue el país más mortífero del mundo para los periodistas en 2020, según un informe del CPJ. Además de los asesinados, 15 periodistas siguen desaparecidos en México, según datos del CPJ.
The Washington Post
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