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Cuando el presidente Joe Biden llegue a la Abadía de Westminster el lunes, será uno de los pocos líderes extranjeros a los que se les ha concedido permiso para utilizar su propio transporte terrestre para ir y volver del funeral de la reina Isabel II.
Pero a diferencia de la mayoría de los visitantes de Londres procedentes del extranjero, el Sr. Biden no contratará los servicios de un servicio local de automóviles ni alquilará un vehículo de una flota de coches de alquiler.
En su lugar, el presidente de EE.UU. viajará en el mismo coche de Estado blindado y a medida que le lleva en cualquier viaje fuera de la Casa Blanca, ya sea en el extranjero o en el país.
Apodado “La Bestia” por los agentes del Servicio Secreto encargados de conducirlo, el nombre en clave oficial del coche es “Stagecoach”.
Aunque está construido con la parrilla, los faros y las luces traseras familiares utilizados en los vehículos Cadillac disponibles para cualquier consumidor, no está basado en ningún vehículo de producción que salga actualmente de las líneas de montaje de Detroit.
La última vez que el vehículo blindado de un presidente se basó en un coche que se podía comprar en un concesionario fue en 2001, cuando el entonces presidente Bill Clinton utilizó un coche de Estado Cadillac Fleetwood muy modificado que fue adquirido en 1993, en sustitución de un Lincoln Town Car muy personalizado que utilizó su predecesor, George HW Bush.
Cuando el hijo del Sr. Bush, George W. Bush, asumió la presidencia en enero de 2001, el coche que le llevó a su toma de posesión y le hizo de chófer por todo el mundo durante los ocho años siguientes no se basó en ningún coche de consumo transformado, ya que Cadillac dejó de fabricar coches adecuados para convertirlos en transportes presidenciales.
Desde que el joven Sr. Bush asumió el cargo, el coche del presidente ha seguido siendo un Cadillac. Pero aunque las limusinas en las que han viajado los siguientes presidentes -incluido el Sr. Biden- siguen llevando el escudo de Cadillac en la parrilla, cualquier similitud entre el vehículo presidencial y esos vehículos de lujo termina ahí.
A diferencia de los Range Rover Sentinel blindados o de los sedanes Jaguar XJ utilizados por los primeros ministros británicos, el coche que utiliza el Presidente de los Estados Unidos es completamente a medida y está construido según las especificaciones del Servicio Secreto.
Según Car and Driver, la limusina con la marca Cadillac que el Sr. Biden comenzó a utilizar cuando asumió la presidencia fue entregada al Servicio Secreto en 2018 y está construida sobre un chasis GMC TopKick destinado a vehículos comerciales de tamaño medio.
La revista de automoción Road and Track describió el vehículo como “una simple evolución del antiguo modelo con toques de diseño más actuales de Cadillac, como un sedán Escalade”. Varios medios han informado de que el peso del vehículo se sitúa en torno a las 20.000 libras.
El coche está totalmente blindado con neumáticos diseñados para mantener el coche en movimiento incluso si las cuatro ruedas reciben disparos. Tiene capacidad de visión nocturna, y puede dispensar pantallas de humo y manchas de aceite para confundir a cualquiera que se empeñe en perseguirlo.
Según la NBC, el blindaje del vehículo está compuesto de aluminio, cerámica y acero y puede llegar a tener un grosor de ocho pulgadas en algunos puntos.
Las ventanas del coche no se abren, y están hechas de vidrio resistente a las balas de cinco pulgadas de espesor. Y se dice que las puertas del coche son tan pesadas como las de un avión de pasajeros Boeing.
También está herméticamente sellado e insonorizado -el interior tiene altavoces para que los ocupantes puedan oír lo que ocurre fuera del coche- y lleva un suministro de oxígeno en caso de ataque químico o biológico.
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