El Departamento de Estado anunció el miércoles que impondría sanciones a dos expresidentes salvadoreños y a decenas de otros funcionarios y jueces en Centroamérica.
El informe dice que los sancionados “han participado a sabiendas en acciones que socavan procesos o instituciones democráticas, corrupción significativa u obstrucción de investigaciones” sobre corrupción en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
La extensa lista, que también incluye a directores de bancos, jueces y funcionarios de alto rango, subraya la profundidad de la corrupción en toda la región.
El principal de los nombres en la lista fue Mauricio Funes, presidente de El Salvador entre 2009 y 2014, quien recientemente fue sentenciado a 14 años de prisión por negociar con las pandillas y seis años por evasión de impuestos. El sucesor de Funes, el expresidente Salvador Sánchez Cerén, también fue sancionado por “corrupción importante por lavado de dinero” mientras ocupaba el cargo de vicepresidente.
La corrupción ha sido un tema candente en América Central durante años, alimentando la desconfianza en las instituciones y citada regularmente como una de las causas fundamentales de la migración a los Estados Unidos, algo que el presidente Joe Biden ha tratado de frenar.
Se ha convertido en un tema de conversación clave en el tumultuoso ciclo electoral actual de Guatemala, ya que el establecimiento político intenta anular la competencia, y frecuenta el discurso del presidente populista de El Salvador, Nayib Bukele, quien ha adoptado el eslogan “hay suficiente dinero cuando nadie lo roba. ”
A pesar de las acusaciones del gobierno de Biden de que Bukele también negoció con pandillas, y de las alarmas de la sociedad civil de que el líder millennial ha estado tomando medidas que corroen la democracia del país, el nombre de Bukele no figura en la lista de sancionados.
Funes, el expresidente de El Salvador, se enfureció contra las sanciones en Twitter y dijo que sancionar a los dos líderes anteriores de El Salvador del mismo partido con el que Bukele una vez rompió “es un claro respaldo de Estados Unidos a la elección de Bukele”.
Llamó a las críticas de Estados Unidos al plan de Bukele de buscar la reelección “tibias” a pesar de que la medida es una clara violación de la constitución de su país. Sugirió que a EE.UU. le “convenía” que Bukele siguiera en el cargo.
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