Dinamarca está en conversaciones con Ruanda para establecer un plan al estilo del Reino Unido para trasladar a los solicitantes de asilo al país.
Los defensores de los derechos humanos han calificado la medida de “profundamente preocupante” y han advertido de que podría violar el derecho internacional.
La creación de este plan es el siguiente paso de un plan a largo plazo para trasladar la tramitación de los refugiados de Dinamarca al extranjero. El ministro de Inmigración, Mattias Tesfaye, confirmó el plan: “Nuestro diálogo con el gobierno ruandés incluye un mecanismo para el traslado de los solicitantes de asilo”.
El acuerdo tendría como objetivo “garantizar un enfoque más digno que la red criminal de traficantes de personas que caracteriza la migración a través del Mediterráneo en la actualidad”, añadió.
Pero Matilda Bryce, asesora política de la organización benéfica Freedom from Torture, dijo que la decisión del gobierno danés de seguir el ejemplo británico era un “acontecimiento profundamente perturbador”.
“Nos preocupa especialmente que tanto el Reino Unido como Dinamarca hayan minimizado o ignorado los riesgos a los que se enfrentarían los supervivientes de la tortura si fueran expulsados, y que ninguno de los dos gobiernos haya eximido a los supervivientes de la expulsión”, añadió.
“Las Naciones Unidas han advertido tanto al Reino Unido como a Dinamarca que sus planes probablemente violan el derecho internacional. Al socavar el espíritu de cooperación en el que se basa nuestro sistema internacional basado en normas, estos planes de “dinero por humanos” amenazan la integridad de todo el sistema mundial de asilo”, dijo Bryce.
Dinamarca aprobó el año pasado una ley que permite trasladar a los refugiados que llegan a su país a centros de asilo en un país asociado. La medida suscitó las críticas de la Comisión Europea, que cuestionó la compatibilidad de la ley con las obligaciones internacionales de Dinamarca con los solicitantes de asilo.
“La tramitación externa de los casos de asilo plantea cuestiones fundamentales tanto sobre el acceso a los procedimientos de asilo como sobre el acceso efectivo a la protección”, dijo entonces el portavoz de la Comisión, Adalbert Jahnz.
Rasmus Grue Christensen, director general del Instituto Danés contra la Tortura, dijo que una oficina danesa en Kigali podría funcionar si se centrara en “la ayuda humanitaria y de desarrollo para los ruandeses y los refugiados que viven en Ruanda”.
Sin embargo, añadió que la iniciativa parecía ser un paso “irresponsable y perjudicial” que dejaba de lado la responsabilidad de Dinamarca con respecto a los solicitantes de asilo.
El primer vuelo del Reino Unido para llevar a los solicitantes de asilo a Ruanda iba a despegar en junio, pero fue suspendido tras una serie de desafíos legales, y varias personas que iban a ir en el avión han sido identificadas posteriormente como posibles víctimas de la trata.
El plan se ha detenido hasta que se decida la legalidad de la política en una audiencia del Tribunal Superior que comenzará el próximo mes, mientras que los parlamentarios también han cuestionado las afirmaciones no demostradas del gobierno de que disuadirá a los migrantes de cruzar el Canal de la Mancha.
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