El líder de una infame banda haitiana responsable de secuestros masivos en todo el país -incluidos los secuestros de 17 misioneros estadounidenses y canadienses- ha sido acusado por las autoridades estadounidenses.
The Washington Post informa de que el líder de la banda de los 400 Mawozo, Germine Joly, está acusado de conspiración criminal para contrabandear armas de fuego y municiones a su banda.
El Sr. Joly y otras tres personas -entre ellas un ciudadano estadounidense y dos haitianos que viven en Florida- fueron acusados de conspiración para violar las leyes de control de las exportaciones y para defraudar a los Estados Unidos, de blanqueo de dinero y de contrabando, según una presentación judicial de la oficina del fiscal del Distrito de Columbia.
Las autoridades haitianas confirmaron que el Sr. Joly – alias “Yonyon” – fue transportado desde Haití a EE.UU. el martes a petición de las autoridades estadounidenses.
400 Mawozo es una de las bandas más odiadas y temidas del país. El grupo es conocido por utilizar la violación, la extorsión, el asesinato y por secuestrar vehículos llenos de gente como coches o autobuses.
El grupo también ha cruzado las líneas donde otros grupos del crimen organizado podrían contenerse, al atacar a miembros de la iglesia y a niños pequeños en sus ataques.
Cuando la banda secuestró a un grupo de misioneros estadounidenses y canadienses del Ministerio de Ayuda Cristiana el año pasado, el grupo exigió un millón de dólares por cada rehén liberado. Los misioneros estuvieron en cautividad durante dos meses y afirmaron haber escapado, aunque se informó de que se pagó algún rescate a la banda.
Según los analistas del crimen organizado, el Sr. Joly dirigía la banda desde su celda en Puerto Príncipe.
Los cargos de contrabando se deben a que el Sr. Joly supuestamente utilizó WhatsApp para ponerse en contacto con traficantes de armas radicados en Estados Unidos con el fin de adquirir armas para la banda. Los traficantes de armas -los tres acusados con sede en Florida- supuestamente asistieron a ferias de armas para adquirirlas, y se presentaron como los “compradores reales” de las mismas.
No obtuvieron una licencia de exportación para las armas, y luego procedieron a contrabandear las armas a Haití.
“Específicamente, algunas de las armas de fuego y municiones fueron envueltas en bolsas de basura, cargadas en grandes tambores/barriles de varios galones, y luego cubiertas con varios productos como ropa, zapatos y Gatorade para ocultar la presencia”, afirman los fiscales en la acusación.
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