EEUU dice que no puede descartar que Putin use armas químicas o biológicas en Ucrania: ‘Nada está fuera de la mesa con este tipo’

El presidente ruso, Vladímir Putin, podría optar por emplear armas químicas o biológicas contra las fuerzas ucranianas que se defienden de su invasión de su país, han dicho funcionarios estadounidenses.

El domingo, Putin ordenó aumentar el nivel de alerta de las fuerzas nucleares rusas, citando lo que llamó “declaraciones agresivas” de los países miembros de la OTAN y las duras sanciones económicas impuestas a Rusia en respuesta a la invasión no provocada que ordenó la semana pasada.

Pero Rusia también posee reservas de armas biológicas y químicas, además del arsenal nuclear que heredó de la Unión Soviética, lo que plantea la posibilidad de que el Sr. Putin pueda ordenar su uso si considera que sus tropas flaquean.

Hablando en el programa CBS News Face the Nation, La embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, dijo que el Sr. Putin es capaz de utilizar esas armas de destrucción masiva si eso favorece su objetivo de apoderarse de Ucrania.

“Ciertamente, nada está fuera de la mesa con este tipo. Está dispuesto a utilizar cualquier herramienta que pueda para intimidar a los ucranianos y al mundo”, dijo.

La Sra. Thomas-Greenfield es la segunda funcionaria estadounidense en las últimas semanas que plantea la posibilidad de que Putin pueda optar por emplear armas de destrucción masiva contra Ucrania.

Durante una reunión del 18 de febrero del Consejo de Seguridad de la ONU, el Secretario de Estado Anthony Blinken advirtió que los “ataques convencionales” no eran “todo lo que Rusia planea infligir al pueblo de Ucrania”.

Aunque Rusia es signataria de las convenciones internacionales que prohíben el uso de armas químicas, otro aliado ruso -el dictador sirio Bashar al-Assad- ha utilizado armas químicas en la larga guerra civil de su país.

Además, los servicios de seguridad rusos han empleado un agente nervioso de fabricación rusa, Novichok, contra desertores que viven fuera de Rusia.

Uno de estos desertores, Sergei Skripal, fue envenenado con Novichok junto con su hija Yulia mientras vivía en Stainsbury, Wiltshire, en marzo de 2019.

Otras tres personas en el Reino Unido también fueron hospitalizadas tras exponerse a restos de la sustancia, una de las cuales murió posteriormente.