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El 4 de julio es un día de clima veraniego, barbacoas y concursos nacionales de comer perritos calientes en Estados Unidos, ya que la nación celebra su independencia.
Pero poca gente sabrá que la melodía del himno nacional de EE.UU., “The Star Spangled Banner”, una canción que se canta con orgullo en cada Super Bowl, en realidad vino originalmente de Inglaterra.
La melodía a la que Francis Scott Key puso la letra procedía de “To Anacreon in Heaven”, la canción constitucional de la Anacreontic Society, un club privado de caballeros de Londres.
La canción lleva el nombre de un poeta griego llamado Anacreonte, que adquirió notoriedad por sus poemas sobre las mujeres y la bebida.
Pasó a ser una canción común que se cantaba en las tabernas de la América colonial, pero el Congreso no la nombró himno oficial de Estados Unidos hasta 1931.
El compositor de la melodía fue John Stafford Smith, nacido en Gloucester en marzo de 1750 e hijo de un organista de la catedral.
Pasó a formar parte de la Chapel Royal de Londres y fue alumno del compositor William Boyce.
Smith se convirtió en miembro de la Sociedad Anacreóntica, que se reunió por primera vez en tabernas de The Strand, en el centro de Londres, llegando a tener unos 80 miembros
Celebrada cada dos semanas, la reunión comenzaba con un concierto de músicos y terminaba con una cena, espectáculos de marionetas y otras actividades.
Los miembros cantaban “To Anacreon in Heaven”, cuya letra fue escrita por el presidente de la sociedad, Ralph Tomlinson.
El club privado se disipó en la década de 1790, pero la canción siguió apareciendo en la música impresa y se abrió camino a través del Atlántico.
A pesar de su creciente popularidad en el extranjero, el compositor Smith aparentemente no intentó publicitar su propia autoría. Murió en Londres en 1836.
Para la época de la guerra civil estadounidense en 1861, la mezcla de la melodía de Smith con la letra de Key se había convertido en una de las canciones más conocidas y apreciadas del país, y fue adoptada por el ejército poco después.
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