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Una abogada que trabaja en nombre de la familia Trump ha declarado a un medio de comunicación de derechas que podría aconsejar a sus clientes que se acojan a la quinta enmienda, ya que una larga investigación sobre sus finanzas les está cercando.
En declaraciones a Newsmax, Alina Habba comentó que los Trump se han visto “entre la espada y la pared”.
“No he tomado una determinación sobre lo que creo que es mejor”, dijo cuando el presentador le preguntó si sus clientes se acogerían a su protección contra la autoinculpación.
La investigación en cuestión es una indagación sobre las prácticas comerciales del imperio inmobiliario de Trump, concretamente las acusaciones de que las propiedades fueron deliberada y dramáticamente sobrevaloradas e infravaloradas para minimizar las cargas fiscales y obtener condiciones de préstamo más favorables.
Está dirigida por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, que la semana pasada logró obtener el testimonio de Donald Trump y de sus hijos Ivanka y Donald Jr. Un juez dictaminó que los tres pueden ser interrogados bajo juramento, frustrando un esfuerzo de la familia por impedirle que los interrogue alegando que es políticamente parcial.
En la entrevista de Newsmax, la Sra. Habba se dirigió a la Sra. James en la misma línea, pareciendo confirmar que los Trump tienen la intención de obstruirla. “Estamos yendo por todas las vías contra Letitia James”, dijo, “no sólo con los tribunales, y tiene que ser detenido”.
“Y la gente de este estado debería estar realmente asustada si eres un magnate inmobiliario, y tienes valoraciones de propiedades y resulta que estás al otro lado de la política con Letitia James”.
A continuación, ella y el presentador bromearon sobre las acusaciones, que según ellos no son tan diferentes de la supuesta sobrevaloración rutinaria de la propiedad residencial en el mercado inmobiliario residencial estadounidense. (Se acusa al señor Trump de sobrevalorar algunas de sus propiedades en un factor de 10).
Las esperanzas del Sr. Trump de evitar el escrutinio recibieron recientemente un duro golpe cuando su empresa de contabilidad de toda la vida, Mazars USA, rompió abruptamente su relación con él y con la Organización Trump y declaró que los estados financieros de la última década ya no deberían considerarse fiables.
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