Un ex empleado de la Casa Blanca de Trump que dimitió tras los disturbios del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, está dispuesto a declarar públicamente ante el comité selecto que investiga el incidente.
Sarah Matthews, que fue subsecretaria de prensa en la última etapa de la administración, comparecerá supuestamente por acuerdo en una futura audiencia tras recibir una citación, según la CNN.
La Sra. Matthews ya ha testificado ante la comisión en una declaración grabada en vídeo, parte de la cual fue presentada en una audiencia el mes pasado. En el clip proyectado por el panel, describió cómo ella y otros miembros del personal consternados por el espectáculo que se desarrollaba en el Capitolio suplicaron a los asesores de alto nivel que hicieran que el presidente tuiteara algo para calmar la violencia.
También ha criticado abiertamente la conducta del equipo de Trump durante los acontecimientos del 6 de enero, y habló para defender a su ex colega Cassidy Hutchinson tras el devastador testimonio de esta última en una reciente audiencia televisada.
“Cualquiera que minimice el papel de Cassidy Hutchinson o su acceso en el Ala Oeste o no entiende cómo funcionaba la WH de Trump o está tratando de desacreditarla porque tiene miedo de lo condenable que es este testimonio”, dijo tuiteó la semana pasada.
“Para los que se quejan de “rumores”, me imagino que la comisión del 6 de enero recibiría con agrado que cualquiera de los implicados negara estas acusaciones bajo juramento”.
En el momento de su dimisión, que anunció poco después de la insurrección, explicó su horror ante la violación de un traspaso de poder pacífico.
“Como alguien que ha trabajado en los pasillos del Congreso, me ha perturbado profundamente lo que he visto hoy”, dijo en un comunicado publicado en ese momento. “Dejaré mi cargo, con efecto inmediato. Nuestra nación necesita un traspaso de poder pacífico”.
La próxima audiencia pública del comité está programada para el 12 de julio, cuando el panel presentará pruebas y testimonios sobre cómo se reunió la multitud que irrumpió en el Capitolio, cubriendo el papel de los grupos extremistas, incluidos los Proud Boys y los Oath Keepers.
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