La nave espacial Starliner, fabricada por Boeing, finalmente rodó cerca de la plataforma de lanzamiento para ser montada sobre un cohete en preparación para una segunda oportunidad de una prueba de vuelo crucial en la que la nave fracasó en 2020.
La prueba de vuelo orbital 2, o OFT-2, está programada para despegar del complejo de lanzamiento 41 en la estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida no antes del 19 de mayo.
A diferencia de la nave espacial Crew Dragon del competidor de Boeing, SpaceX, el Starliner volará a la órbita sobre un cohete Atlas V de United Launch Alliance. Boeing trasladó la nave a la instalación de integración vertical cerca del complejo de lanzamiento el miércoles para acoplar la nave y el vehículo de lanzamiento.
Boeing espera utilizar el Starliner para llevar a los astronautas de la Nasa hacia y desde la Estación Espacial Internacional, al igual que SpaceX desde 2020. Ambas compañías obtuvieron contratos de la Nasa para hacerlo como parte del programa Commercial Crew de la agencia espacial, aunque Boeing ganó el contrato más grande, por valor de 4.300 millones de dólares frente a los 2.500 millones de SpaceX.
Pero mientras que en 2020 SpaceX comenzó a prestar servicios a la Nasa según su contrato, Boeing vio un fracaso en órbita. Un fallo informático durante una prueba orbital sin tripulación del Starliner en diciembre impidió que la nave se acoplara a la ISS, aunque el vehículo aterrizó con éxito en el desierto de Nuevo México, lo que contrasta con Crew Dragon, que aterriza en el océano frente a la costa de Florida.
Boeing y la Nasa esperaban que el Starliner pudiera volver a intentarlo en agosto, pero los problemas con una válvula de oxidación de la nave espacial dejaron en suspenso el OFT-2.
Boeing tendrá ahora, por fin, su segunda oportunidad.
Si todo va bien el 19 de mayo, Boeing y la Nasa decidirán entonces la fecha de la primera prueba de vuelo con tripulación del Starliner, con lo que la agencia espacial estará un paso más cerca de la redundancia que esperaba adquirir al adjudicar dos contratos de tripulación comercial.
Hasta ahora, la Nasa dependía de una sola nave espacial para llegar a la ISS, el transbordador espacial. Cuando la Nasa retiró el transbordador en 2011, el único viaje de los astronautas de la Nasa al espacio fue a bordo de la nave espacial rusa Soyuz, una situación que sería insostenible hoy en día dadas las tensiones entre Rusia y Occidente por la invasión de Ucrania por parte de la primera.
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