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Un zoológico del sur de Ucrania pide ayuda en medio de la invasión rusa.
El zoológico de Mykolayiv se está quedando sin comida y suministros para sus animales, entre los que se encuentran jirafas, hipopótamos y osos polares, mientras la ciudad es atacada por las fuerzas rusas.
El director del zoológico, Volodymyr Topchyi, pidió a la gente que considerara la posibilidad de comprar entradas electrónicas al zoológico para mantenerlos durante la guerra.
En Facebook, el zoo publicó imágenes de lo que parecen ser restos de bombardeos rusos que han afectado a partes de sus instalaciones.En un post traducido del ucraniano, el zoo dijo que están en “modo de guerra”.
“Todos los días vamos a trabajar, alimentar y limpiar a los animales a pesar del aullido de la sirena de ataque aéreo”, dijeron.
“Siete de nuestros empleados fueron al frente para luchar contra los invasores. Si quieres ayudar económicamente al zoo, hemos publicado los datos actualizados de la empresa para prestar ayuda en dólares y euros.”
A pesar de que el zoo está cerrado a los visitantes, la gente ha estado comprando entradas y todavía puede hacerlo a través de su página web.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania también pidió a la gente en Twitter que considerara la posibilidad de comprar una entrada.
El jueves, el zoológico también compartió que habían recibido donaciones humanitarias de alimentos y suministros médicos de varios zoológicos de toda Europa.
Dijeron que los zoológicos de Praga, Varsovia y Tallin donaron más de una tonelada de suministros, incluyendo comida seca para sus diversos animales y medicamentos veterinarios.
La densamente poblada ciudad de Mykolayiv ha sido golpeada en múltiples ocasiones por los bombardeos rusos a lo largo de la guerra.
El jueves, Human Rights Watch informó de que las fuerzas rusas dispararon repetidamente cohetes de munición de racimo -un arma explosiva que expulsa cohetes más pequeños- contra la ciudad durante distintos ataques, matando a nueve personas e hiriendo a otras muchas.
“Múltiples zonas residenciales de Mykolaiv fueron sacudidas por ataques con munición de racimo en el lapso de una semana”, dijo Belkis Wille, investigador principal de crisis y conflictos de Human Rights Watch.
“Las fuerzas rusas deberían dejar de utilizar municiones de racimo y poner fin a estos ataques claramente indiscriminados”.
Los cohetes de racimo están sujetos a una prohibición internacional debido a los usos mortales generalizados e indiscriminados y al peligro que causan a los civiles.
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