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El presidente francés, Emmanuel Macron, quiere “calmar los ánimos” después de que su Gobierno haya sobrevivido por los pelos a una moción de censura por una impopular reforma de las pensiones.
Macron no planea ninguna remodelación ni elecciones anticipadas y ha descartado retirar la ley de pensiones, que retrasará dos años la edad de jubilación hasta los 64 años, según una fuente que participó el martes en reuniones entre Macron y aliados clave.
En su lugar, el presidente francés intentará aprovechar una entrevista televisiva el miércoles para “calmar los ánimos”, dijo la fuente.
Con los sindicatos intensificando las huelgas y las protestas contra la reforma de las pensiones continuando en todo el país, el Sr. Macron se enfrenta al desafío más peligroso a su autoridad desde la revuelta de los “Chalecos Amarillos” hace cuatro años.
Algunos miembros del propio partido de Macron le han advertido de que no continúe como hasta ahora.
“Todos estamos debilitados. El presidente, el Gobierno y la mayoría”, dijo al diario Liberation Gilles Le Gendre, uno de los principales diputados del bando de Macron. “No porque se haya aprobado la ley podemos seguir como siempre”.
Otro diputado del bando de Macron, Patrick Vignal, instó sin rodeos al presidente a suspender el proyecto de ley de reforma de las pensiones ante la ira que ha desatado y su profunda impopularidad.
Los manifestantes jugaron el lunes por quinta noche al gato y el ratón con la policía en ciudades de toda Francia, incendiando contenedores y barricadas. Lo que puede preocupar al Ejecutivo es el gran número de jóvenes en las manifestaciones.
Imágenes de televisión mostraron a la policía disparando gases lacrimógenos y cargando contra los manifestantes en varias ciudades. Algunos agentes especiales en moto fueron vistos golpeando a los manifestantes.
La policía dijo que 234 personas fueron detenidas durante la noche en la capital, la mayoría por prender fuego a la basura en las calles. El prefecto de policía de París, Laurent Núñez, dijo que los incidentes violentos fueron causados por grupos de hasta 300 personas que se desplazaban rápidamente por la capital.
Añadió que había ordenado una investigación interna después de que un agente fuera filmado propinando un puñetazo en la cara a un hombre que caminaba hacia atrás, haciéndole caer al suelo. El vídeo ha sido ampliamente compartido en las redes sociales francesas.
En otro signo de la creciente ira, el martes se produjeron enfrentamientos junto a la refinería de petróleo de ExxonMobil en Fos-sur-Mer, mientras el gobierno tomaba medidas para ordenar a los trabajadores en huelga que volvieran al trabajo, según mostraron imágenes de BFM TV.
El lugar de la refinería estaba envuelto en gases lacrimógenos, mientras que algunos manifestantes lanzaban intermitentemente objetos contra las líneas de policía, dijo BFM.
Los sondeos muestran que una amplia mayoría de franceses se opone a la reforma de las pensiones, así como a la decisión del Gobierno de impulsar el proyecto de ley en el Parlamento sin someterlo a votación.
“Creo que ha sido una negación de la democracia. El Gobierno aprobó una ley a la que se oponía la mayoría de los franceses”, declaró el guionista Jean Regnaud.
Los diputados de la oposición instaron a Macron a destituir a la primera ministra, Elisabeth Borne, convocar elecciones anticipadas y celebrar un referéndum sobre la ley de pensiones debido al enfado generalizado.
“El Gobierno está acabado”, dijo Fabien Roussel, secretario general del Partido Comunista.
Sin embargo, Sacha Houlie, diputado del bando de Macron, descartó la posibilidad de un cambio de primer ministro.
“Lo que esperamos del presidente de la República es que elabore una perspectiva… un calendario (de reformas) de tres o seis meses”, dijo a Reuters, afirmando que esperaba propuestas sobre cuestiones como la forma de presionar a las empresas para que compartan más beneficios con los trabajadores.
El jueves está prevista una jornada nacional de huelgas y protestas.
“Estas son básicamente las dos opciones de Macron”, escribieron los analistas de Eurointelligence en una nota. “Fingir que no ha pasado nada importante y dejar que la crisis se desgaste por sí misma, o perseguir la cohabitación con los dispuestos en la asamblea”.
“Dada la naturaleza de Macron, le vemos más atraído por la primera opción. Una apuesta arriesgada”.
Reuters
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