“Mis decisiones son las mismas que tomaría cualquier humano medio”. Así comienza un nuevo documental sobre la maniática vida y la misteriosa muerte del magnate de la ciberseguridad convertido en fugitivo John McAfee. Para cualquiera que no esté familiarizado con McAfee, pronto queda claro que estaba lejos de ser “cualquier humano promedio”.
Corriendo con el diablo: El salvaje mundo de John McAfeeestrenada en Netflix esta semana, sigue los confusos y caóticos últimos años del controvertido pionero de la tecnología, retomando su historia más de tres décadas después de que creara el software antivirus del mismo nombre.
Como muchas otras claves del contexto, la película pasa por alto la fundación de su empresa, que abandonó en 1994 pero que ahora vale más de 4.000 millones de dólares. También menciona brevemente su infancia, su trabajo en la Nasa en el programa del transbordador espacial y todo lo demás que ocurrió en los primeros 67 años de su vida.
En su lugar, comienza en 2012, cuando está huyendo tras el asesinato de Gregory Faull -el vecino de al lado de McAfee cuando vivía en Belice- y de nuevo en 2019, cuando huyó de Estados Unidos para evitar cargos de evasión de impuestos.
La falta de un contexto más amplio parece innecesaria en el resplandor de los intensos focos que brillan sobre McAfee durante estos períodos frenéticos, en los que llegamos a verle en su momento más paranoico, más arrogante y potencialmente más peligroso.
Adentrándose en aguas internacionales frente a la costa de Florida en 2019, en un barco aparentemente utilizado en la película El lobo de Wall Street, McAfee lleva consigo guardaespaldas, perros y un arsenal de armas que podría rivalizar con una pequeña milicia. También lleva drogas, sales de baño y “más alcohol que agua”.
Al parecer, bajo la influencia de una o varias de estas sustancias, McAfee se graba disparando armas en el barco y buscando bajo su cama y en las cavidades del barco a la “gente malvada” que podría estar escondida allí.
El videógrafo Robert King, que proporciona las imágenes tanto desde Belice como a bordo del barco, dice en un momento dado: “Estaba tan jodidamente asustado, John estaba jodido… este era nuestro anfitrión que se había vuelto loco.”
Después de que le apuntaran con una pistola en el dedo del pie, King huye del barco y abandona la filmación de McAfee. “Fue entonces cuando me di cuenta de que tal vez John es capaz de asesinar”, dice King.
No está claro si la amenaza de McAfee iba en serio o sólo formaba parte de su oscuro sentido del humor. “Loco, psicópata, paranoico, millonario drogadicto, llámame como quieras”, dice.
Dirigido por Charlie Russell, cuyos temas anteriores incluían gigolós y acompañantes OAP, el documental ofrece la visión más esclarecedora y personal de McAfee que jamás se haya filmado, aunque los espectadores seguirán sin saber quién es realmente.
Todo esto forma parte de la mística que McAfee ha intentado crear para sí mismo. Uno de los momentos más reveladores llega hacia el final, cuando un McAfee ebrio ofrece lo que describe como “oro” al camarógrafo. “Fabricaré cualquier realidad que crea conveniente para mantener los ojos en nosotros”, dice. “He fabricado una percepción que se corresponde con la realidad”.
El espectador debe decidir dónde está la verdad. El documental acaba ofreciendo más preguntas que respuestas, con dos nuevos misterios sobre los que reflexionar. El primero se refiere al suicidio del padre de McAfee, con grabaciones inéditas que sugieren que la historia puede ser mucho más siniestra.
Se hace eco de la incertidumbre que rodea a la propia muerte de McAfee, que supuestamente se ahorcó en una celda de la prisión catalana el año pasado, algo que su esposa ha desmentido sistemáticamente. Janice McAfee, que aparece en todo el documental pero nunca es entrevistada directamente por el director, afirma que McAfee no era un suicida y ha cuestionado la versión oficial presentada por las autoridades españolas. Incluso ha lanzado una campaña pidiendo la devolución del cuerpo de McAfee, que permanece en una morgue española más de un año después de su muerte.
El segundo misterio se basa en la conspiración de la muerte de McAfee. En las últimas palabras del documental, la ex novia Samantha Herrera se pregunta no sólo cómo murió, sino si murió. Ella cuenta: “Después de su muerte, recibí una llamada desde Texas. ‘Soy yo John, he pagado a gente para que finja que estoy muerto, pero no estoy muerto'”.
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