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Ha fallecido el Dr. Paul Farmer, médico, humanitario y autor estadounidense famoso por prestar asistencia sanitaria a millones de personas empobrecidas en todo el mundo y cofundador de la organización mundial sin ánimo de lucro Partners in Health. Tenía 62 años.
La organización, con sede en Boston, confirmó el lunes la muerte de Farmer, calificándola de “devastadora” y señalando que falleció inesperadamente mientras dormía en Ruanda, donde había estado enseñando.
Farmer era profesor de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard y jefe de la división de equidad sanitaria global del Brigham and Women’s Hospital. Escribió mucho sobre salud, derechos humanos y desigualdad social, según Partners in Health.
“Médico compasivo y especialista en enfermedades infecciosas, antropólogo médico brillante e influyente, y uno de los mayores humanistas de nuestro tiempo -quizá de todos los tiempos-, Paul dedicó su vida a mejorar la salud humana y a defender la equidad sanitaria y la justicia social a escala mundial”, escribió George Q. Daley, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en un comunicado.
Partners in Health, fundada en 1987, dijo que su misión es “ofrecer una opción preferente a los pobres en la atención sanitaria”. La organización comenzó su labor en Cange, una aldea rural de la meseta central de Haití, y posteriormente amplió sus operaciones a regiones como África, Europa del Este y América Latina.
La autora ganadora del Premio Pulitzer Tracy Kidder, que escribió el libro de no ficción “Mountains Beyond Mountains: The Quest of Dr. Paul Farmer, A Man Who Would Cure the World”, dijo a The Associated Press que ambos viajaron juntos durante un mes mientras Farmer trataba a prisioneros y personas empobrecidas en Haití, Moscú y París.
“Era una figura importante en el mundo”, dijo Kidder. “Tenía una forma de mirar por las esquinas y de conectar las cosas. Obviamente, no podía ir a curar el mundo entero él solo, pero podía, con ayuda de sus amigos, dar pruebas de que era posible.”
Uno de los recuerdos más fuertes que Kidder tiene de Farmer ocurrió en Perú, donde el médico estaba tratando a pacientes con tuberculosis multirresistente. Kidder recordaba a una mujer que llevaba una camiseta de Mickey Mouse y que les siguió hasta su coche, con un aspecto muy tímido.
Con la cabeza gacha, le dijo a Farmer: “Gracias”, en español. Kidder recordó: “Paul se volvió, tomó cada una de las manos de ella entre las suyas y dijo: “Para mí es un privilegio”, en español”.
Añadió que Farmer fue fundamental para conseguir tratamientos contra el sida, y creó varios sistemas de salud en todo el mundo.
“Realmente humilla a los detractores, que piensan que de alguna manera está bien que algunas personas reciban atención sanitaria y otras no”, dijo Kidder. “Le volvió loco”.
Michelle Karshan, vicepresidenta de un sistema de atención sanitaria en prisiones sin ánimo de lucro en Haití que trabajó estrechamente con Farmer, dijo que era decidido, innovador y que siempre sabía cómo sortear los obstáculos y la burocracia.
“No aceptaba un no por respuesta”, dijo. “No creía que nadie fuera demasiado pobre o demasiado analfabeto para tener derecho a recibir atención sanitaria”.
Señaló que cuando la Organización Mundial de la Salud se resistió a dar la medicación contra el VIH a las personas analfabetas de Haití por temor a que no supieran cuándo o cómo tomarla, Farmer estableció su propio programa y creó una tabla que se basaba en la posición del sol. También contrató a personas conocidas como “acompañantes”, que atravesaban a pie el accidentado terreno montañoso de Haití para asegurarse de que los pacientes tuvieran agua, comida y tomaran sus medicamentos.
“Estoy muy triste por toda la gente que no lo va a tener en sus vidas. Estaba ahí para todos”, dijo Karshan.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, elogió la labor de Farmer, al igual que el ex presidente estadounidense Bill Clinton.
“Paul Farmer cambió la forma de prestar atención sanitaria en los lugares más empobrecidos de la Tierra. Veía cada día como una nueva oportunidad para enseñar, aprender, dar y servir, y era imposible pasar un rato con él y no sentir lo mismo”, dijo Clinton en un comunicado.
Al principio de la pandemia de COVID-19, con miles de casos notificados diariamente en Massachusetts, los departamentos de salud locales se vieron desbordados por la tarea de rastrear los contactos para ayudar a frenar la propagación de la enfermedad.
El estado lanzó una colaboración de rastreo de contactos en abril de 2020, y pidió a Partners in Health que dirigiera la iniciativa, que realizó más de 2,7 millones de llamadas a residentes con un coste total de unos 158 millones de dólares, según el estado.
A Farmer le sobreviven su esposa haitiana, Didi Bertrand Farmer, y sus tres hijos.
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Coto informó desde San Juan, PuertoRico.
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