El embajador iraní en Suecia acudió el viernes al Ministerio de Asuntos Exteriores sueco para protestar por la condena de un ciudadano iraní a cadena perpetua por parte de un tribunal sueco por cometer graves crímenes de guerra y asesinato durante la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980.
El Tribunal de Distrito de Estocolmo dijo el jueves que Hamid Noury participó en graves atrocidades en julio-agosto de 1988 mientras trabajaba como asistente del fiscal adjunto en la prisión de Gohardasht, en las afueras de la ciudad iraní de Karaj.
El tribunal dijo que Noury, de 61 años, participó “en las ejecuciones de muchos presos políticos en Irán en el verano de 1988”. Los actos fueron considerados como un grave delito contra el derecho internacional, dijo el tribunal. Una segunda oleada de ejecuciones en 1988 se dirigió a simpatizantes de la izquierda que se consideraba que habían renunciado a su fe islámica, dijo la declaración del tribunal, añadiendo que “estos actos han sido considerados como asesinato.”
Tras el anuncio del veredicto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, condenó enérgicamente la sentencia y dijo que Irán “hace responsable a Suecia de los daños causados a las relaciones bilaterales.”
Horas más tarde, el encargado de negocios de Suecia en Teherán fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores iraní y se le entregó una nota de protesta. Irán instó al gobierno sueco a revocar el veredicto del tribunal y a liberar inmediatamente a Nouri, dijo la agencia estatal de noticias IRNA.
En un correo electrónico enviado a The Associated Press el viernes, el Ministerio de Asuntos Exteriores sueco dijo que “Irán ha expresado de diversas maneras su descontento con el juicio y el veredicto contra Nouri.”
“Los fiscales y tribunales suecos son independientes y autónomos”, dijo, y añadió que el tribunal había hecho “un examen independiente del caso”. El veredicto puede ser apelado, algo que los abogados de Noury dijeron que querían hacer.
A lo largo del juicio, Noury negó haber actuado mal.
El veredicto llega en un momento tenso para los vínculos entre Estocolmo y Teherán. Varios europeos fueron detenidos en Irán en los últimos meses, entre ellos un turista sueco, dos ciudadanos franceses y un científico polaco, entre otros.
Las detenciones suscitaron la preocupación de que Irán esperaba aprovechar a los prisioneros como moneda de cambio para presionar a Estados Unidos y a las naciones europeas para que le concedan el alivio de las sanciones que recibió en el marco de su desvencijado acuerdo nuclear de 2015.
Noury fue detenido en noviembre de 2019 cuando llegó a Estocolmo en un viaje de turismo.
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