Noeleen Heyzer, la nueva enviada especial de la ONU para Myanmar, inició el martes su primer viaje a este país del sur de Asia, gobernado por los militares, un día después de que la destituida líder civil Aung San Suu Kyi fuera condenada a seis años más de prisión por cargos de corrupción.
La Sra. Heyzer, que fue nombrada para el cargo el pasado mes de octubre, realiza su visita tras “amplias consultas con actores de todo el espectro político, la sociedad civil y las comunidades afectadas por el conflicto en curso”, según informó la ONU en un comunicado.
Aunque no estaba claro si había solicitado reunirse con el destituido consejero de Estado, la ONU dijo que Heyzer “se centraría en abordar el deterioro de la situación y las preocupaciones inmediatas”.
El Consejo de Seguridad de la ONU había pedido el cese inmediato de todas las formas de violencia que han asolado la nación desde el golpe de Estado del año pasado por parte de los militares.
El 1 de febrero de 2021, la junta arrebató el poder al gobierno de la Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi, alegando fraude electoral, una afirmación que los observadores electorales independientes refutan.
Desde el golpe, miles de civiles se han levantado en armas contra la Junta y sus intentos de ahogar la democracia, marcados por la violencia generalizada y las detenciones masivas arbitrarias, lo que ha provocado una protesta internacional.
El portavoz de la Junta, Zaw Min Tun, declaró a un medio de comunicación pro-ejército que la Sra. Heyzer se reunirá con “el líder del país y otros altos ministros”.
Añadió que no se había solicitado un encuentro con Suu Kyi, que se encuentra en régimen de aislamiento en una cárcel de la capital, Naypyitaw.
El lunes, un tribunal militar condenó en una audiencia secreta a la líder de 77 años a seis años más de prisión por cuatro cargos de corrupción.
Se le habían imputado al menos 18 delitos que van desde el soborno hasta las infracciones electorales, que conllevan una pena de prisión máxima combinada de casi 190 años. Ya ha sido condenada a 11 años en otros casos, incluyendo sedición y corrupción.
Mientras tanto, se espera que Heyzer, una activista de los derechos de la mujer de Singapur convertida en diplomática, celebre reuniones en la capital.
Aunque la ONU y el bloque de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) han tratado de resolver la crisis de Myanmar, han avanzado poco debido a la negativa del jefe de la junta a comprometerse.
El mes pasado, la junta se enfrentó a la condena mundial cuando ejecutó a cuatro activistas prodemocráticos por colaborar en “actos terroristas”. El bloque de la ASEAN dijo que las ejecuciones eran una “burla” de sus esfuerzos por lograr la paz en el país.
A principios de este mes, el ministro de Asuntos Exteriores de Camboya, Prak Sokhonn, advirtió que nuevas ejecuciones obligarían al grupo regional a reconsiderar su relación con Myanmar.
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