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El creciente escándalo de corrupción provocado por las acusaciones de que Qatar, anfitrión de la Copa del Mundo, entregó cientos de miles de libras en efectivo y regalos a eurodiputados y funcionarios para influir en la toma de decisiones amenaza la credibilidad de Europa, según han advertido altos cargos.
El escándalo se amplió el lunes después de que Grecia congelara los activos de una sospechosa clave en el caso, Eva Kaili, vicepresidenta del Parlamento Europeo y una de las cuatro personas detenidas e imputadas en Bélgica el fin de semana.
La policía belga se ha incautado de 600.000 euros (516.000 libras esterlinas) en efectivo en el marco de una investigación sobre las acusaciones de que Doha trató de comprar influencias. La policía llevó a cabo dieciséis redadas.
Se han registrado los domicilios de dos eurodiputados.
“Se trata de un incidente increíble que debe aclararse por completo con todo el peso de la ley”, declaró la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, a su llegada a una reunión periódica con sus homólogos de la UE en Bruselas.
“Se trata de la credibilidad de Europa”.
Los fiscales han acusado a un “país anónimo” de intentar influir en el Parlamento Europeo. Los funcionarios han afirmado que el país es Qatar.
Doha ha rechazado las acusaciones, alegando: “Cualquier asociación del gobierno qatarí con las alegaciones denunciadas carece de fundamento y está gravemente desinformado”, declaró un funcionario el fin de semana.
El lunes, las autoridades griegas congelaron los activos de Kaili, vicepresidenta del Parlamento Europeo y una de las cuatro detenidas.
Kaili, ex presentadora de televisión, se reunió con el ministro de Trabajo qatarí, Ali bin Samikh Al-Marri, justo antes del Mundial de noviembre. En una declaración en vídeo compartida por la Agencia de Noticias de Qatar, la socialista dijo: “Creo que la Copa del Mundo para los árabes ha sido una gran herramienta para… la transformación política y las reformas”.
Añadió que el Parlamento “reconocía y respetaba” los avances de la nación del Golfo en materia de reformas laborales.
Su oficina no respondió a la solicitud de comentarios.
Es una de las más altas funcionarias del Parlamento. Kaili, de 44 años, fue expulsada de su partido socialista (PASOK) tras ser detenida por las acusaciones. También fue suspendida de sus poderes y funciones como una de las vicepresidentas del Parlamento Europeo.
Aparte de Kaili, se sabe que al menos tres de las personas interrogadas por los funcionarios eran ciudadanos italianos u originarios de Italia.
El impacto del escándalo podría ser muy perjudicial, según admitieron el lunes altos funcionarios europeos.
“Ciertamente, la noticia es muy preocupante”, dijo a la prensa Josep Borrell, jefe de política exterior del bloque. “Estamos ante unos acontecimientos, unos hechos que ciertamente me preocupan también como ex presidente del Parlamento Europeo”.
Los fiscales dijeron que habían sospechado durante meses que un estado del Golfo estaba tratando de influir en la toma de decisiones en Bruselas.
El Ministro checo de Asuntos Exteriores, Jan Lipavsky, dijo que el escándalo era “absolutamente inaceptable”.
“Qatar es un socio importante para la energía de la UE”, añadió. “Por supuesto, la relación entre la UE y Qatar debe basarse en un conjunto de políticas que incluyan los derechos humanos y los derechos laborales”.
El ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, calificó el asunto de “perjudicial”.
Y añadió: “Tenemos que llegar al fondo del asunto. Es un escándalo en torno al cual tenemos que sacar a la luz la verdad para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir.”
El escándalo es particularmente incómodo para el Parlamento, que se ha visto a sí mismo como una brújula moral en Bruselas, buscando normas más estrictas sobre el medio ambiente o sobre las empresas, emitiendo resoluciones críticas con los abusos de los derechos humanos en todo el mundo y llevando a los gobiernos de la UE a la tarea.
Con las agencias
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