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Los médicos confirmaron que el ex receptor de la NFL Demaryius Thomas, que fue hallado muerto en su casa en diciembre, padecía ETC en fase 2.
La Encefalopatía Traumática Crónica, o CTE, se asocia con síntomas que incluyen paranoia y depresión. Los médicos del Centro CTE de la Universidad de Boston diagnosticaron la enfermedad del Sr. Thomas a título póstumo.
La causa y la forma de la muerte del Sr. Thomas no han sido reveladas por el médico forense del condado.
Tenía 33 años cuando murió.
La madre del Sr. Thomas, Katina Smith, dijo en un comunicado que sospechaba que podría haber estado sufriendo de CTE en los últimos meses de su vida.
“Una vez que tomé conciencia de la ETC y empecé a familiarizarme con los síntomas, noté que Demaryius se aislaba y vi otros cambios en él”, dijo. “Era muy joven y era horrible verle luchar. Su padre y yo esperamos que todas las familias aprendan los riesgos de jugar al fútbol. No queremos que otros padres tengan que perder a sus hijos como nosotros”.
LaTonya Bonseigneur, prima del Sr. Thomas, dijo al Associated Press poco después de su muerte que había estado sufriendo de convulsiones. Dijo que llevaba más de un año soportando los ataques, y que finalmente murió durante un episodio convulsivo.
USA Today informó de que los médicos de la BU no creen que las convulsiones estuvieran asociadas a la ETC. Al parecer, los familiares les dijeron que sus convulsiones comenzaron después de que se viera involucrado en un grave accidente de coche en Denver en 2019.
“Tenía dos condiciones diferentes en paralelo”, dijo Ann McKee, la directora del Centro CTE de la BU. The New York Times.
La ETC se ha convertido en una seria preocupación en el fútbol profesional y en otros deportes de alto contacto como el boxeo. La afección puede ser el resultado de repetidos impactos en la cabeza, algo común en los atletas de ambos deportes.
Los investigadores de la BU descubrieron que la ETC estaba presente en el 99% de los cerebros de los antiguos jugadores de la NFL que pudieron obtener y estudiar. Encontraron que el 91% de los cerebros de los jugadores de fútbol universitario que estudiaron estaban afectados por la ETC.
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