El gobernador republicano de Ohio, DeWine, se enfrenta a la prueba de la influencia de la extrema derecha

El desempeño del gobernador republicano Mike DeWine en las primarias del estado el martes proporcionará un indicador de hasta qué punto su partido se ha desplazado hacia la derecha bajo la influencia del ex presidente Donald Trump.

DeWine, un veterano político que ganó fácilmente el cargo más importante del estado hace cuatro años, se enfrenta a una revuelta en algunos rincones de Ohio después de enfurecer a los fieles del GOP con agresivos mandatos de permanencia en casa, cierres de negocios y toques de queda durante la pandemia.

A pesar de llamarse a sí mismo “el gobernador más provida de la historia de Ohio”, ha perdido el apoyo de algunos grupos antiabortistas y conservadores. Aun así, sigue siendo el favorito para ganar la nominación del partido, siempre y cuando sus tres contrincantes de extrema derecha, incluido el ex diputado Jim Renacci, acaben dividiendo el voto anti-DeWine.

Los demócratas de Ohio se enfrentan a un problema mayor a la hora de elegir a su candidato a gobernador: no han ganado una carrera estatal no judicial en casi 16 años.

Su elección se reduce al ex alcalde de Cincinnati, John Cranley, o a la ex alcaldesa de Dayton, Nan Whaley, que sería la primera mujer en la historia del estado en recibir el respaldo de un partido importante para gobernador.

Whaley y Cranley, que tienen una amistad de años, están alineados en muchos temas. Ambos han prometido proteger el derecho al aborto, promover la justicia social y luchar contra la corrupción política.

Cranley quiere legalizar la marihuana y utilizar el dinero generado para reconstruir la economía del estado. Whaley aboga por ampliar el acceso a las guarderías y añadir la educación preescolar universal.

Quienquiera que surja será un perdedor frente al ganador de las primarias republicanas a cuatro bandas. Ohio sólo ha elegido a un demócrata como gobernador en las últimas tres décadas. Desde entonces, el estado ha virado hacia la derecha, especialmente en los últimos años bajo el mandato de Trump.

El expresidente no eligió bando en la contienda republicana por la gobernación, pero su presencia se mantiene. Renacci, que esperaba obtener su respaldo, ha pintado a DeWine como un moderado que no está en sintonía con Trump y que gobierna “como un liberal del estado azul.”

DeWine se ha cuidado de decir que sigue siendo partidario de Trump pero sin abrazarlo del todo. También ha rechazado las falsas afirmaciones de Trump sobre el robo de las elecciones de 2020.

Los conservadores molestos con el gobernador se quejan de que sus políticas y acciones durante la pandemia iban en contra de lo que escuchaban de Trump y de gobernadores del GOP como Ron DeSantis de Florida y Kristi Noem de Dakota del Sur.

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