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El gobierno de Biden prevé que el déficit presupuestario de este año será casi 400.000 millones de dólares menos de lo que estimó en marzo, debido en parte a unos ingresos más fuertes de lo esperado, a la reducción del gasto y a una economía que ha recuperado todos los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia de varios años.
En total, el déficit de este año se reducirá en 1,7 billones de dólares, lo que representa el mayor descenso del déficit federal en la historia de Estados Unidos, según la Oficina de Gestión y Presupuesto.
A pesar de los avances, la administración dijo el martes que prevé un déficit de 1,03 billones de dólares para el año presupuestario que termina el 30 de septiembre. Esa cifra supone un alejamiento del déficit récord de 2020, que alcanzó los 3,13 billones de dólares.
La revisión de mitad de período de la administración dijo que gran parte de la mejora en la previsión del déficit para este año se debe a que la economía “está pasando de una recuperación histórica y rápida a un crecimiento estable y constante.”
Sin embargo, la Administración considera que las presiones inflacionistas se mantendrán hasta 2023.
“La principal prioridad económica del Presidente sigue siendo afrontar el reto de la inflación, sin renunciar a los históricos avances económicos que hemos logrado en los últimos 18 meses”, dijo Shalanda Young, directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto en un comunicado.
“Aunque los costes siguen siendo demasiado elevados para demasiadas familias, el plan económico del Presidente está funcionando y vamos por el buen camino”, añadió.
Debido a que las proyecciones de la Revisión de mitad de período se finalizaron en junio, no incluye los 280.000 millones de dólares de la Ley CHIPS y de Ciencia y los 740.000 millones de dólares estimados de la medida climática, sanitaria y fiscal.
Y aunque la Oficina Presupuestaria del Congreso, no partidista, dijo en julio que el rápido crecimiento económico y los mayores ingresos fiscales han hecho que la deuda federal de este año sea menor de lo previsto, la organización advierte en su perspectiva a 30 años que la deuda pronto se disparará hasta alcanzar nuevos máximos que podrían poner en peligro la economía estadounidense.
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