El Gobierno español dijo el martes que no tiene nada que ocultar en medio del creciente malestar por las polémicas de seguridad nacional relacionadas con el programa de espionaje Pegasus, que incluyen el hackeo del teléfono móvil del presidente del Gobierno y el espionaje de agentes desconocidos a los separatistas catalanes.
La portavoz del Gabinete, Isabel Rodríguez, prometió que el Gobierno de coalición liderado por los socialistas prestará “la máxima colaboración a las autoridades judiciales, incluyendo la desclasificación de documentos relevantes si resulta necesario.”
Rodríguez se enfrentó a un aluvión de preguntas sobre las brechas de seguridad extraordinarias tras la reunión semanal del Gabinete, cuando no las mencionó en su discurso de apertura, mientras el Gobierno intenta contener el daño político de las recientes revelaciones de espionaje.
El lunes, el Gobierno reveló que los teléfonos móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, fueron infectados el año pasado con el programa espía Pegasus, al que sólo pueden acceder las agencias gubernamentales de los países.
El gobierno ya estaba bajo presión para explicar por qué los teléfonos móviles de decenas de personas relacionadas con el movimiento separatista en la región del noreste de España, Cataluña, fueron infectados con Pegasus entre 2017 y 2020.
Las operaciones de espionaje encubierto en España requieren el consentimiento judicial.
Las revelaciones se produjeron en medio de una creciente preocupación en Europa por el mal uso de las herramientas cibernéticas. El Parlamento Europeo inició el mes pasado una investigación sobre las actividades del programa espía Pegasus, incluyendo supuestos casos de espionaje contra Hungría, Polonia y Grecia.
Rodríguez, la portavoz del Gabinete, dijo que el Gobierno no se enteró hasta el pasado fin de semana de que los teléfonos móviles de Sánchez y Robles habían sido objeto de ataques el año pasado.
El poderoso y controvertido software espía se infiltra silenciosamente en los teléfonos u otros dispositivos para recoger datos y potencialmente espiar a sus propietarios.
En España han surgido preguntas sin respuesta: ¿por qué se ha hecho pública la brecha de alto nivel sólo un año después? ¿Quién está detrás de los ataques y quién es el culpable de los fallos de seguridad? ¿Son inadecuados los protocolos de seguridad en España, que es miembro de la Unión Europea y de la OTAN?
El gobierno se ha negado a especular sobre quién podría estar detrás del espionaje, tanto de altos cargos del gobierno como de los separatistas catalanes. El Defensor del Pueblo y la Audiencia Nacional han abierto investigaciones.
“En este caso, como en muchos otros, no tenemos nada que ocultar”, dijo Rodríguez.
Robles y el jefe del servicio de inteligencia español, conocido por sus siglas CNI, tienen que declarar a puerta cerrada a finales de esta semana en la comisión de asuntos de inteligencia del Parlamento.
Las sospechas sobre quién hackeó los teléfonos móviles del Gobierno recaen sobre Marruecos, que en ese momento mantenía una disputa diplomática con España.
Los catalanes que presionan para que la rica región se separe de España fueron atacados con el software de dos empresas israelíes, Candiru y NSO Group, el desarrollador de Pegasus. El gobierno regional catalán ha acusado a la agencia nacional de inteligencia española de espiar a los separatistas.
Rodríguez dijo que el gobierno no tomará ninguna medida hasta que las investigaciones lleguen a conclusiones.
“Cuando hayamos averiguado lo que ha pasado, tendremos que ver qué se puede mejorar, qué hay que cambiar, porque está claro que se han producido (ciber)ataques y por tanto tiene que haber una mejora”, dijo Rodríguez a los periodistas.
Aun así, anunció que el Gobierno está invirtiendo 1.000 millones de euros (1.050 millones de dólares) en ciberseguridad.
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