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El hijo del líder autoritario de Turkmenistán se presentará a unas elecciones presidenciales anticipadas el mes que viene, una medida que sienta las bases de una dinastía política en la república centroasiática rica en gas.
El presidente Gurbanguly Berdymukhamedov, de 64 años, anunció la votación el sábado, afirmando que está dispuesto a ceder el poder a una nueva generación en una declaración que parecía sugerir que su hijo Serdar, de 40 años, le sucedería.
La televisión estatal de Turkmenistán informó el lunes de que el Partido Democrático del país había designado a Serdar como candidato en la carrera. Serdar ha ido ascendiendo a través de una serie de puestos gubernamentales cada vez más prominentes y ahora es el vicepresidente del Gabinete.
La votación está prevista para el 12 de marzo.
Ninguna elección en el Turkmenistán postsoviético se ha considerado realmente competitiva. Aunque ocho candidatos se presentaron contra Berdymukhamedov en las últimas elecciones de 2017, todos expresaron su apoyo a su gobierno y Berdymukhamedov obtuvo más del 97% de los votos.
Berdymukhamedov llegó al poder en 2006 tras la muerte del excéntrico Saparmurat Niyazov y estableció un omnipresente culto a la personalidad similar al de su predecesor. Bajo su mandato, el país ha seguido siendo de difícil acceso para los extranjeros. Turkmenistán no ha notificado ningún caso de infección en la pandemia de coronavirus.
También ha luchado por diversificar su economía, que depende en gran medida de sus vastas reservas de gas natural.
Berdymukhamedov cultiva una imagen de salud robusta y agresiva con acrobacias en los medios de comunicación que incluyen su disparo de una pistola a un blanco del tamaño de un hombre mientras monta en bicicleta y levanta una barra de pesas de oro, para el aplauso de su Gabinete.
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