El índice de aprobación del presidente Joe Biden ha caído a su punto más bajo, con un 58% de los encuestados que desaprueban la forma en que ha manejado los asuntos internos y externos durante su mandato, según una encuesta de CBS News/YouGov.
Su índice de aprobación bajó al 42% en la encuesta publicada el domingo, tres puntos menos que en la primera semana de abril, cuando se publicó un sondeo de Reuters/Ipsos.
El presidente cumplió un año en el cargo este enero. Pero su valoración ha estado en los 40 puntos desde agosto del año pasado.
Su índice de aprobación es bajo en todos los grupos demográficos, y la mayoría se siente frustrada por la crisis económica provocada por la pandemia y la creciente inflación.
Al menos el 63% de los encuestados desaprobaba la gestión de la economía por parte del presidente, mientras que el 55% mostraba un pulgar hacia abajo hacia el enfoque del Sr. Biden sobre el conflicto en Europa.
El 69% de los encuestados se mostró insatisfecho con la forma en que el presidente demócrata dirigió la inflación, que alcanzó el 7,9% en marzo, la más alta desde 1982.
Cuando se divide por líneas de partido, el 44 por ciento de los demócratas desaprobó la gestión de la inflación por parte de Biden.
Al menos el 57 por ciento de los encuestados menores de 30 años no ve con buenos ojos la actuación del presidente en medio de las crecientes peticiones de cancelación de las deudas estudiantiles.
Tras una contundente victoria en la carrera presidencial de 2020, las valoraciones de Biden comenzaron a desplomarse tras la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán el pasado agosto. Según los expertos, la caída de sus valoraciones podría traer problemas a los demócratas en los próximos comicios de mitad de mandato.
La encuesta se realizó con una muestra de 2.062 adultos en Estados Unidos entre el 5 y el 8 de abril. El margen de error es de 2,8 puntos porcentuales.
Mientras tanto, el presidente anunció el lunes nuevas regulaciones de armas para frenar las llamadas “armas fantasma” que se han utilizado en varios crímenes violentos de alto perfil. Su índice de aprobación de la gestión de los delitos en EE.UU. se mantuvo en sólo el 39%.
El presidente nombró a Steve Dettlebach, un fiscal estadounidense de la época de Obama, para dirigir la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos.
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