Dos funcionarios de alto rango del FBI que se convirtieron en enemigos personales de Donald Trump cuando era presidente fueron posteriormente objeto de raras auditorías del IRS sobre sus declaraciones de impuestos que, según los expertos, plantean dudas sobre si la medida fue política.
James Comey y Andrew McCabe, ex director y subdirector del FBI, respectivamente, fueron auditados por el IRS después de dejar la agencia tras la investigación Trump-Rusia que enfureció al entonces presidente Donald Trump y llevó a sus afirmaciones de que el “estado profundo” estaba trabajando para derrocarlo. The New York Times informó por primera vez de sus auditorías el miércoles, señalando que los dos no supieron de la coincidencia por sí mismos hasta un Times reportero les informó.
Las probabilidades de ser seleccionado para tales auditorías detalladas son escasas para empezar; sólo unos pocos miles de estadounidenses se someten a ellas cada año. La probabilidad de que dos ex funcionarios del FBI, ambos enemigos personales del presidente, sean seleccionados es aún menor.
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