El líder del principal partido de la oposición de Túnez ha sido interrogado el martes por la unidad antiterrorista del país por sospechas de blanqueo de dinero y financiación del terrorismo a través de una asociación benéfica.
No está claro cuánto tiempo podrían durar las audiencias antiterroristas para Rached Ghannouchi, de 81 años, que es el líder del partido islamista Ennahdha. Los críticos creen que podría conducir a su detención – o a un juicio.
Fuera de la audiencia en la capital, Túnez, los partidarios de Ghannouchi denunciaron el proceso como una farsa orquestada por las autoridades.
Los manifestantes, enfadados, portaban pancartas en las que se podía leer: “No a los juicios políticos”, “Abajo el putsch” y “Saied fuera”, en alusión a las medidas excepcionales tomadas por el presidente Kais Saied que, según él, eran para “limpiar el país de la corrupción que asola todos los engranajes del Estado.”
Saied suspendió el parlamento el año pasado y se hizo con amplios poderes en una medida que, según él, era necesaria para “salvar al país” de una crisis política y económica. Esto suscitó las críticas de la oposición, que le acusa de rehuir la democracia y de deslizarse hacia el totalitarismo.
Ghannouchi se encuentra entre la docena de altos cargos del partido cuyas cuentas bancarias el banco central del país norteafricano congeló a principios de este mes. Ennahdha refuta con vehemencia las acusaciones de blanqueo de dinero y financiación del terrorismo.
Ennahdha ha dicho que todas estas acusaciones tienen como objetivo distraer la atención de un referéndum del 25 de julio planeado por Saied para cambiar la constitución y aumentar los poderes presidenciales y reducir el papel del parlamento y del primer ministro. Los críticos del presidente dicen que intenta legitimar un “golpe de estado”.
Un funcionario de Ennahdha, el ex ministro de Justicia Noureddine Bhiri, llegó a la audiencia el martes y dijo que temía “una posible detención de Ghannouchi”.
Bhiri estuvo en el poder tras la revolución que derribó el gobierno del presidente Zine El Abidine Ben Ali en 2011 en medio de las protestas que inspiraron el movimiento de la Primavera Árabe.
El partido Ennahdha publicó en su página web un comunicado atribuido a su presidente en el que denunciaba “las calumnias y los chanchullos” de la presidencia de Saied.
Saied y algunos otros culparon a Ennahdha en parte de la crisis política de Túnez del año pasado. Ennahdha, que dominaba el parlamento antes de ser suspendido, se encuentra entre los críticos más acérrimos del presidente.
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