El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunió el viernes con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, pero no mencionó las denuncias de derechos sobre la redada masiva de El Salvador de presuntos miembros de pandillas callejeras.
El enfoque de los dos líderes sobre los altos niveles de homicidios -un problema acuciante en ambos países- no podría ser más diferente. López Obrador propugna una política de “abrazos y no balas” sin confrontación, mientras que Bukele se jacta de haber realizado 24.000 detenciones en poco más de un mes y de haber recortado las raciones de comida para los reclusos.
Pero el centro de atención el viernes, al menos en las declaraciones públicas, fueron las preocupaciones sobre la inmigración y el deseo del presidente mexicano de recibir ayuda al desarrollo para que los habitantes de Centroamérica no se sientan obligados a emigrar.
Al igual que en Guatemala -la primera parada de la gira de cinco días de López Obrador por cuatro países centroamericanos y Cuba-, promocionó su programa favorito, conocido como “Plantando Vida”, que paga a los agricultores un salario mensual por plantar y cuidar árboles frutales y madereros.
El programa de plantación de árboles ha sido criticado en México por haber sido diseñado como un programa social sin la necesaria aportación de la ciencia medioambiental. Los científicos han señalado que la plantación de especies comerciales de árboles podría dañar algunos ecosistemas. Y hay informes de que los agricultores han talado bosques naturales -de los que no ganan mucho dinero- para plantar árboles y cobrar por ello.
Cuando se puso en marcha, López Obrador lo promovió como una forma de mantener a los agricultores en sus tierras y aliviar la presión para emigrar. Rara vez mencionó un beneficio ambiental hasta que fue más criticado por su promoción de las industrias contaminantes e intentó que el gobierno de Estados Unidos financiara una expansión del programa.
México también está financiando un programa de aprendizaje en el lugar de trabajo para jóvenes desempleados. Los críticos dicen que ambos programas carecen de responsabilidad y transparencia.
López Obrador ha ayudado a financiar la expansión de los programas a El Salvador y Guatemala. Pero ha criticado a los funcionarios estadounidenses por ser reacios a financiar sus programas.
“Se esperaría que el gobierno y el Congreso de Estados Unidos entregaran los 4.000 millones de dólares que el presidente (Joe) Biden ofreció para invertir en estos programas”, dijo López Obrador. De hecho, los funcionarios estadounidenses han indicado desde hace tiempo que invertirían en sus propios programas de desarrollo.
“No tenemos que estar esperando y no podemos depender de nadie”, dijeron los dirigentes mexicanos. “Tenemos que hacer uso de nuestro derecho a la autodeterminación como pueblo libre y soberano”.
López Obrador tiene previsto visitar más tarde Honduras, Cuba y Belice.
Se trata del tercer viaje al extranjero en más de tres años para López Obrador, quien suele decir que la mejor política exterior es una buena política interior. La gira es una oportunidad para que México se reafirme como líder en América Latina y será bienvenida por algunos líderes bajo presión del gobierno de Estados Unidos y otros por sus supuestas tendencias antidemocráticas.
Tanto geográfica como metafóricamente, México se encuentra encajonado entre Estados Unidos y el resto de América Latina. López Obrador ha desviado las críticas que datan de la administración Trump de que su gobierno está haciendo el trabajo sucio de Washington al tratar de detener a los migrantes antes de que lleguen a la frontera con Estados Unidos.
López Obrador será recibido en Centroamérica, en parte, como un emisario de Estados Unidos en materia de política migratoria.
El gobierno de Estados Unidos ha estado tratando de construir un consenso antes de la Cumbre de las Américas de junio en Los Ángeles para cimentar un enfoque regional para gestionar los flujos migratorios. En los últimos años, un gran número de centroamericanos, pero también haitianos, cubanos, venezolanos, colombianos y migrantes llegados de otros continentes, se han abierto paso a través de las Américas.
La gira por Centroamérica es una oportunidad para que López Obrador muestre cierta independencia de Estados Unidos. López Obrador ha criticado el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba y ha dicho que les ha dicho a los funcionarios estadounidenses que ningún país debe ser excluido de la Cumbre de las Américas. El gobierno de Biden ha señalado que Cuba, Venezuela y Nicaragua no serían invitados.
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