El novio de Breonna Taylor, Kenneth Walker, ha llegado a un acuerdo económico de 2 millones de dólares con funcionarios de la ciudad de Louisville, según su abogado.
Taylor, de 26 años, fue asesinada a tiros por agentes de paisano durante una redada policial en su propia casa de Louisville, Kentucky, el 13 de marzo de 2020, después de que ejecutaran una orden de registro como parte de una investigación sobre narcóticos.
El Sr. Walker estaba con ella ese día y había efectuado un único disparo con una pistola, hiriendo a un agente en la pierna al creer que los policías eran intrusos.
Los agentes del Departamento de Policía Metropolitana de Louisville abrieron fuego, matando a Taylor.
La ciudad acordó pagar 2 millones de dólares para resolver las demandas presentadas por el Sr. Walker, dijo su abogado Steve Romines.
El Sr. Romines dijo que la muerte de Taylor “perseguirá a Kenny el resto de su vida”, pero se alegra de que este capítulo de su vida se haya completado.
“Vivirá con los efectos de haber sido puesto en peligro debido a una orden falsificada, de ser víctima de una lluvia de disparos y de sufrir la inimaginable y horrible muerte de Breonna Taylor”, añadió el Sr. Romines.
En septiembre de 2020, las autoridades de Louisville habían acordado pagar un histórico acuerdo de 12 millones de dólares por muerte por negligencia a la familia Taylor.
Taylor, que trabajaba como técnico de emergencias médicas, estaba en la cama con el Sr. Walker para pasar la noche cuando los oficiales patearon su puerta.
El Sr. Walker dijo que su novia había gritado para preguntar quién estaba en la puerta, pero no obtuvo respuesta. Entonces disparó con su pistola, que poseía legalmente, alcanzando al sargento John Mattingly, uno de los agentes, en la pierna.
Inicialmente se le acusó de intento de asesinato de un agente de policía, pero finalmente se retiraron los cargos contra él al intensificarse las protestas y la atención mediática sobre el caso.
El Sr. Walker presentó una demanda en un tribunal estatal en septiembre de 2020 y una demanda federal de derechos civiles en marzo de 2021.
En agosto, el ex detective de policía Kelly Goodlett se declaró culpable de ayudar a falsificar pruebas para vincular a Taylor con un traficante de drogas buscado.
Está previsto que otros dos ex agentes que participaron en la redada sean juzgados en un tribunal federal el año que viene.
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