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El Parlamento de Sri Lanka se preparaba el martes para aceptar las candidaturas para elegir al sucesor de su destituido presidente, en medio de una agitación política que amenaza con agravar la inestabilidad mientras el país soporta su crisis económica más grave de los últimos tiempos.
Gotabaya Rajapaksa huyó del país la semana pasada después de que los manifestantes indignados por la crisis asaltaran su residencia oficial y ocuparan otros edificios públicos clave. Posteriormente presentó su dimisión a través de un correo electrónico al presidente del Parlamento.
Tres legisladores -el líder de la principal oposición, Sajith Premadasa, el ex ministro del gobierno Dallas Alahapperuma y el líder del partido marxista Anura Dissanayake- han declarado que se presentarán a la votación parlamentaria del miércoles.
El Presidente en funciones y Primer Ministro, Ranil Wickremesinghe, no ha dicho que vaya a presentarse, pero las declaraciones del partido de Rajapaksa, que aún tiene mayoría en el Parlamento, le han dado su apoyo. Esto ha enfurecido a muchos que ven su posible elección como una extensión del gobierno de Rajapaksa y un potencial regreso de la atribulada familia política.
Por otra parte, el martes el Tribunal Supremo debía decidir si el nombramiento de Wickremesinghe como presidente en funciones la semana pasada por el presidente del Parlamento era legal. Si se declara ilegal, Wickremesinghe podría quedar inhabilitado para presentarse a la presidencia.
Estudiantes y activistas políticos dijeron que planeaban protestas el martes. Algunos mensajes intimidatorios que circulaban por las redes sociales advertían a los legisladores de que no regresaran a sus circunscripciones si votaban por Wickremesinghe.
El Parlamento estaba fuertemente custodiado por cientos de soldados, y sus puntos de entrada tenían barricadas. El personal del parlamento y los periodistas fueron registrados minuciosamente antes de que se les permitiera entrar.
La economía de Sri Lanka se ha hundido, sus reservas de divisas se han agotado y ha suspendido el reembolso de los préstamos extranjeros. Su población se enfrenta a la escasez de productos básicos como medicinas, combustible y alimentos.
El gobierno está en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para obtener un paquete de rescate y está preparando un plan de reestructuración de préstamos como preludio.
La salida de Rajapaksa la semana pasada marcó al menos un desmantelamiento temporal de la dinastía Rajapaksa que había gobernado Sri Lanka durante la mayor parte de las últimas dos décadas.
Antes de las recientes revueltas, seis miembros de la familia ocupaban altos cargos, entre ellos el de presidente, primer ministro y ministro de finanzas. Todos han perdido sus puestos tras las protestas públicas iniciadas a finales de marzo.
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