La coalición parlamentaria del primer ministro Benjamin Netanyahu dio su aprobación inicial el martes temprano a un polémico proyecto de ley para limitar los poderes de supervisión de la Corte Suprema, impulsando un plan de reforma judicial que ha polarizado a Israel.
La legislación es uno de varios proyectos de ley propuestos por los aliados ultranacionalistas y ultraortodoxos de Netanyahu. El plan ha provocado meses de protestas sostenidas por parte de opositores que dicen que está empujando al país hacia un gobierno autoritario. Se esperaban protestas masivas más tarde el martes en respuesta a la votación.
Los legisladores realizaron la primera de tres lecturas de un proyecto de ley que limitaría la capacidad del tribunal superior para examinar la “razonabilidad” de las decisiones tomadas por los funcionarios electos.
Ese estándar fue implementado por la Corte Suprema a principios de este año para anular el nombramiento de un aliado de Netanyahu como ministro del Interior debido a una condena anterior por soborno y un acuerdo de culpabilidad de 2021 por evasión de impuestos.
Los críticos dicen que eliminar ese estándar permitiría al gobierno aprobar decisiones arbitrarias, hacer nombramientos o despidos inapropiados y abrir la puerta a la corrupción.
El proyecto de ley fue aprobado en una sesión parlamentaria que se prolongó hasta pasada la medianoche con una votación de 64 a 56. Los legisladores de la oposición gritaron “vergüenza”, mientras que los miembros de la coalición de Netanyahu se pusieron de pie y aplaudieron después de que se aprobó la votación. El proyecto de ley aún debe aprobarse en dos lecturas más para convertirse en ley.
Los activistas contra la reforma convocaron el martes una serie de manifestaciones masivas en todo el país, incluidas protestas que podrían interrumpir los viajes en el principal aeropuerto internacional de Israel.
Los aliados de Netanyahu han propuesto una serie de cambios en el sistema legal israelí destinados a debilitar lo que dicen son los poderes excesivos de los jueces no elegidos. Los cambios propuestos incluyen dar a los aliados de Netanyahu el control sobre el nombramiento de jueces y otorgar al parlamento el poder de anular las decisiones judiciales.
Netanyahu suspendió el plan de reforma en marzo después de semanas de protestas masivas. Pero el mes pasado, decidió revivir el plan después de que colapsaron las conversaciones con la oposición política destinadas a encontrar un compromiso.
El gobierno de Netanyahu, que asumió el cargo en diciembre, es el ultranacionalista y ultraortodoxo de línea más dura en los 75 años de historia de Israel. Sus aliados propusieron los cambios radicales en el poder judicial después de que el país celebrara sus quintas elecciones en menos de cuatro años, todas vistas como un referéndum sobre la aptitud de Netanyahu para servir como primer ministro mientras es juzgado por corrupción.
Los críticos del plan dicen que trastornará el frágil sistema de controles y equilibrios del país y concentrará el poder en manos de Netanyahu y sus aliados. También dicen que Netanyahu tiene un conflicto de intereses porque está siendo juzgado por cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos, todo lo cual ha negado.
Una amplia franja de la sociedad israelí, incluidos oficiales militares de reserva, líderes empresariales, LGBTQ+ y otros grupos minoritarios, se han unido a las protestas.
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