El parlamento japonés se dispone a expresar su preocupación por las supuestas atrocidades cometidas por China contra los musulmanes uigures, sumándose a la lista de países que plantean el tema días antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
La resolución se aprobará probablemente el martes en el Parlamento japonés, aunque se ha suavizado respecto a un borrador anterior al referirse a las violaciones de los derechos humanos como la “situación” de los uigures. También se ha eliminado la palabra “condena” del título y se ha abstenido de mencionar directamente a China, informó Bloomberg.
Esto se produce en un momento en el que Japón está haciendo un cuidadoso ejercicio de equilibrio entre ser un aliado clave de Estados Unidos y no irritar a China, su mayor socio comercial en la región.
Los legisladores japoneses han acogido con satisfacción la medida, afirmando que allana el camino para futuras acciones en materia de derechos humanos.
El legislador de la oposición Yasue Funayama, que también es copresidente de uno de los grupos parlamentarios de derechos humanos que impulsaron la resolución, la calificó de primer paso importante: “Si todo el Parlamento está de acuerdo en que la situación de los derechos humanos es preocupante, tendremos que estudiar qué hacer al respecto”.
En diciembre, Japón se unió al boicot diplomático liderado por Estados Unidos a los Juegos Olímpicos y dijo que no enviaría una delegación gubernamental para el evento en febrero.
La administración del primer ministro Fumio Kishida había dicho que no enviaría a ningún ministro del gabinete al evento, pero que los funcionarios olímpicos y paralímpicos de Japón asistirían, de forma similar al boicot de Estados Unidos y otros países occidentales.
Entre los primeros en pedir un boicot diplomático, Estados Unidos citó lo que llamó la persecución continua de China contra las minorías.
Sin embargo, Japón ha evitado describir su medida en términos tan estridentes. En consecuencia, China no respondió al boicot diplomático de Japón, en contraste con su advertencia a otros países -el Reino Unido, Canadá y Australia-, a los que había dicho que “pagarán un precio por sus movimientos equivocados”.
A pocos días del comienzo de los juegos, la comunidad internacional ha aumentado la presión para que se tomen medidas contra China en materia de derechos humanos.
Más de dos docenas de legisladores de 20 países han escrito al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos exigiendo la publicación de un informe largamente esperado sobre las violaciones de los derechos humanos en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang (XUAR) antes del comienzo de la ceremonia de apertura de Pekín.
Mientras la atención del mundo se dirige a Pekín con motivo de los juegos, no podemos permitir que el gobierno chino se “lave los ojos” ante las atrocidades que tienen lugar en la región de Xinjiang. Ningún país, por muy grande o importante que sea, está más allá del escrutinio o por encima del derecho internacional”, dijo Reinhard Bütikofer, miembro del Parlamento Europeo por Alemania y copresidente de la Alianza Interparlamentaria sobre China.
Ha llegado el momento de que el Comisario publique su informe y comience a establecer lo que realmente está sucediendo en la región de Xinjiang, dijo Bütikofer.
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