Simpatizantes del movimiento islamista tunecino Ennahda se manifestaron el viernes frente al Ministerio de Justicia en la capital para denunciar la detención de uno de sus principales dirigentes, sospechoso de estar implicado en el envío de tunecinos a luchar con extremistas en Siria.
Los manifestantes exigieron la liberación del ex primer ministro Ali Larayedh, vicepresidente de Ennahda, afirmando que la detención a principios de esta semana tenía motivaciones políticas. Lo calificaron de parte de los esfuerzos del presidente Kais Saied por marginar al movimiento popular y distraer a la opinión pública de sus problemas políticos.
La protesta se produjo en un momento de gran tensión política en Túnez. Sólo el 11% de los votantes acudieron el domingo a la primera vuelta de las elecciones legislativas, ya que muchos partidos y votantes boicotearon el intento de Saied de remodelar el sistema político.
Ennahda era el partido más grande del último parlamento tunecino cuando Saied lo disolvió el año pasado. El presidente convocó las elecciones para crear una nueva legislatura con poderes más débiles, afirmando que resolvería la prolongada crisis económica y política del país norteafricano.
Al día siguiente de la votación, un juez antiterrorista ordenó el encarcelamiento del ex primer ministro Ali Larayedh, vicepresidente de Ennahdha. La decisión estaba vinculada a un caso más amplio que implicaba a otros responsables de Ennahdha.
En la manifestación del sábado en Túnez, los manifestantes pidieron a gritos la liberación de Larayedh y la dimisión del presidente. La policía los mantuvo detrás de barreras metálicas.
“El hecho de que el 90% de los electores se abstengan de acudir a las urnas significa una desautorización del proceso político iniciado por el presidente Saied. Es el principio del fin de este proceso”, declaró a The Associated Press Noureddine Bhiri, dirigente de Ennahda.
Afirmó que “Saied no tiene ahora otra alternativa que dimitir y convocar elecciones presidenciales anticipadas para proteger al país de una inestabilidad que puede afectar a toda la región.”
Los responsables de Ennahda se comprometieron a celebrar nuevas manifestaciones en enero.
Saied rechazó las críticas por la baja participación en las elecciones del domingo, y afirmó que lo más importante será lo que ocurra en la segunda vuelta de las elecciones, el 19 de enero.
Túnez fue visto como un modelo de democracia en la región después de que los manifestantes derrocaran a su líder autocrático en 2011, desatando los levantamientos de la Primavera Árabe.
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