El portavoz de Donald Trump ha acusado a The Washington Post de “confabularse” con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) después de que éste informara de que el expresidente guardaba en su casa de Florida detalles sobre las capacidades nucleares de un país extranjero.
Taylor Budowich, director de comunicaciones del ex presidente, alegó la Post “sigue siendo el brazo propagandístico de la administración Biden”, sin desmentir el informe.
“…en lugar de operar abierta y honestamente, se confabulan en interminables filtraciones y mentiras a expensas de la integridad del FBI y del DOJ [Department of Justice], dijo el Sr. Budowich en su ataque contra el periódico.
El FBI, durante su redada en el complejo turístico y residencia del 45º presidente en Mar-a-Lago el mes pasado, se incautó de documentos clasificados que supuestamente contenían archivos que detallaban la preparación de la defensa nuclear de una nación extranjera.
El Post citó fuentes que decían que los documentos eran tan secretos que solo el señor Trump, algunos miembros de su gabinete o funcionarios de nivel cercano al gabinete podrían autorizar a otros funcionarios del gobierno a verlos.
El informe no mencionó qué secretos nucleares de la nación estaban a disposición del Sr. Trump.
Poco después de la redada del FBI, el 8 de agosto, Trump negó que hubiera secretos nucleares entre los documentos encontrados en su casa. Calificando las afirmaciones de “broma”, sugirió que las autoridades habían plantado documentos allí.
El FBI ha recuperado más de 100 documentos clasificados y cerca de 11.179 documentos de propiedad del gobierno en la casa de Florida del ex presidente. Según el inventario de la redada, había 31 documentos marcados como “confidenciales”, 54 papeles marcados como “secretos” y otros 18 de “alto secreto”.
También había 48 carpetas vacías con etiquetas de “clasificado” y otras 42 carpetas vacías de “devolución al secretario de personal/ayudante militar”.
Todos los papeles, fotografías y carpetas estaban mezclados con diversas revistas, recortes de prensa, regalos, libros e incluso ropa, a lo largo de 33 cajas o contenedores.
Los documentos incautados serán puestos a disposición de un maestro especial designado por el tribunal, a menos que el Departamento de Justicia apele la decisión de la jueza Aileen Cannon de permitir que el funcionario los revise en busca de información o archivos privilegiados.
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